Kourou.- La empresa española Crisa, perteneciente a Astrium, ha desarrollado la electrónica que gestiona el gigantesco plano focal del satélite Gaia, la misión estrella en los últimos años de la Agencia Espacial Europea (ESA), que será lanzado mañana desde el puerto espacial de Kourou, en la Guayana Francesa, a bordo de la versión europeizada del cohete ruso Soyuz.
Tras los 42 minutos que durará el lanzamiento, el satélite tardará alrededor de un mes en llegar a su órbita de destino, a un millón y medio de kilómetros de la Tierra. Su misión es confeccionar un mapa sin precedentes de nuestra galaxia. Durante cinco años, el satélite realizará unas 70 observaciones de un censo espectacular de mil millones de estrellas. Estas observaciones repetidas en el tiempo permitirán producir un mapa dinámico y tridimensional, con información sobre la masa, la velocidad y el brillo de estos cuerpos celestes. Gaia no solo “fotografiará” la Vía Láctea, si no que permitirá a los astrónomos estudiar el origen y la evolución de nuestra galaxia.
Si bien los retos científicos de Gaia son extraordinarios, los requisitos técnicos de la misión no lo son menos. Debido a la concurrencia de cientos de miles de millones de estrellas dentro de nuestra galaxia, distinguir un cuerpo celeste de otro es extremadamente complejo. Con este fin, el satélite cuenta con un conjunto de dos telescopios y una “cámara de fotos” con un plano focal de un gigapíxel de resolución. La resolución de Gaia es tal que, figuradamente, desde la Tierra, podría llegar a medir el pulgar de un astronauta situado sobre la Luna. Es la mayor cámara digital construida para una misión espacial hasta la fecha y además, cuenta con tecnología española.
La electrónica desarrollada por Crisa se divide en 106 módulos electrónicos, uno por cada sensor óptico. Estos equipos confeccionan lo que se denomina “electrónica de proximidad”, que se encarga del secuenciado, polarización, acondicionamiento, digitalización y transmisión de la imagen captada por cada sensor. Los sensores son tipo CCD (dispositivo de carga acoplada), una versión avanzada del sensor que usan las cámaras digitales convencionales.
La empresa ha necesitado cinco años para desarrollar los 106 módulos de electrónica de proximidad. Su diseño ha estado marcado por fuertes requisitos de miniaturización y mínimo consumo, menos de dos vatios por cada módulo. La fabricación se ha llevado a cabo en unas instalaciones específicas en condiciones de extrema limpieza. Además, dado que las prestaciones de este equipo inciden directamente en la calidad de la misión científica, Crisa ha tenido que desarrollar una tecnología de muy bajo ruido eléctrico, en el límite del estado del arte. Se trata de una prestación fundamental para detectar las estrellas de luminosidad más débil del catálogo que se va a confeccionar.
Una vez en su órbita de destino, Gaia rotará sobre su eje realizando cuatro rotaciones completas al día. De esta manera, los dos telescopios cubrirán una esfera celeste completa en un periodo de seis meses. La electrónica de proximidad de Crisa permite sincronizar a la perfección la rotación del satélite con el desplazamiento de la imagen, compuesta por las estrellas en movimiento, a través de la matriz de sensores. El equipo realiza una lectura selectiva de los pixeles para enviar sólo la información relativa a las estrellas de interés (una de cada diez, aproximadamente). Esta primera criba es esencial para reducir la información de la imagen del plano focal a cantidades que puedan ser manejadas, tanto a bordo, como en el sistema de comunicaciones y en Tierra.
Durante los cinco años de la misión, pasarán alrededor de 50 gigabytes de información al día a través del plano focal. Al final de la misión, los científicos habrán obtenido un petabyte de datos, el equivalente a la información almacenada en 200.000 DVD.