Madrid.- La Asociación de Líneas Aéreas (ALA), constituida por la inmensa mayoría de las compañías aéreas regulares que operan en España, reclaman una respuesta después de tres años del cierre del espacio aéreo decretado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
“Si no se las permitió ejercer su actividad, malamente se las puede responsabilizar de no ejercerla”, dice ALA en un comunicado. Y añade: “Tres años después, unos jueces dictaminan que no hubo huelga de controladores aéreos y otros que la autoridad no tuvo nada que ver en el cierre de los aeropuertos; a este paso puede llegarse a la conclusión de que el espacio aéreo siempre estuvo abierto, de que los pasajeros se quejaron sin causa, y de que las compañías aéreas asumieron su atención y sus reclamaciones de forma gratuita”.
“Más de 150 millones gastados por las compañías aéreas, en la confianza de que el Reglamento Europeo sobre los derechos de los pasajeros garantizaba la corresponsabilidad de todas las partes. Y no era así, los clientes directos de los servicios del Estado, las compañías aéreas, debieron asumir la responsabilidad que no era suya, porque el embudo de la ley les señala sin discusión ni apelación”.
“Un embudo que retrata la lejanía sobre la realidad de los reguladores y de los intérpretes de los reglamentos; la falta de sentido común para apreciar que, si a alguien no se le permite ejercer su actividad, malamente se le puede responsabilizar de no ejercerla… Y esa es la “indefensión” que reclamamos.
Como resultado la desconfianza, porque si una realidad tan evidente se desenfoca con estrabismos figurados; es decir, poniéndose de lado, colocándose junto al cinismo de la negación, difícilmente construiremos algo más que particulares egoísmos. Algo menos que ‘sálvese quien pueda’”.
“Esto no se resuelve con discursos ni con apelaciones interesadas a un apartado de un artículo de una ley. Se resuelve con la coherencia del que asume su responsabilidad identificando sus errores, evaluándolos, y resolviéndolos. Porque para impulsar la actividad, para recuperar y desarrollar el tráfico aéreo que necesitamos, no basta con declaraciones de intenciones; son necesarias apuestas de futuro basadas en el presente y en el pasado”.
“Es necesario reconocer los hechos y sus consecuencias; los hechos irrefutables del cierre del espacio aéreo español, y las consecuencias constatadas de los perjuicios a las compañías aéreas en millones de euros. Es necesario resolver la inseguridad jurídica en la que se encuentran aquellos que ahora son llamados a recuperar las rutas y ampliarlas; que son llamados al olvido de sus reclamaciones, como si el futuro no tuviese nada que ver con lo pasado. Como si las oportunidades estuviesen exentas de los costes de las alternativas; esos costes que las compañías aéreas difícilmente pueden gestionar porque les llegan gestionados”.
“Echar balones fuera es el ejercicio del que ha perdido la batalla de la razón, lo mismo que quien se apoya en filigranas para traspasar las líneas rojas; esas que deberían sonrojar al que las pasa, por negar la realidad: la que presenciamos una noche en la que todas las pantallas se apagaron. En este desierto de rigor, a las compañías aéreas las sigue quedando la denuncia de una verdad reflejada en las hemerotecas, en las órdenes escritas, en las imágenes… Y en las facturas”, concluye el comunicado de ALA.