El pasado mes de mayo, el Gobierno español planteó la idea de prohibir los vuelos en aquellos trayectos que puedan realizarse en tren en menos de 2,5 horas, al igual que hizo el francés unos meses antes. Sin embargo, un estudio de Eurocontrol, organismo encargado de la gestión del tráfico aéreo en Europa, revela que esta medida supondría una reducción limitada de las emisiones de CO2 de la Unión Europea, con un coste económico y medioambiental muy importante.
Así, desde Eurocontrol se ha llegado a la conclusión de que la “descarbonización del transporte es más compleja que simplemente planificar el cambio al ferrocarril para viajar por debajo de los 1.000 kilómetros”. De hecho, según el estudio, sólo lograría unos ahorros limitados de emisiones, mientras que generaría una serie de inconvenientes, incluido un alto coste total y un tiempo de espera prolongado. Además, conlleva importantes desventajas económicas y ambientales sin poder igualar la conectividad que proporcionan los aviones.
En concreto, el estudio de Eurocontrol señala que el tren de alta velocidad es el único con potencial para reemplazar a los aviones en la categoría de menos de 500 kilómetros, que supone el 24,1% de los vuelos y el 3,8% de las emisiones de la aviación, pero que por razones geográficas no todo el ahorro posible sería alcanzable.
En las rutas entre 500 y 1.000 kilómetros, en cambio, los trenes de alta velocidad tienen menos capacidad de éxito para sustituir a los aviones. En el momento que se requiera instalar una nueva infraestructura de alta velocidad, con una duración media de 18-26 años, la aviación ya habrá alcanzado su objetivo de cero emisiones, gracias al uso de combustible sostenible y nuevas tecnologías de propulsión.
Además, Eurocontrol señala que los estudios que proponen sustituir el avión por el tren “no tienen en cuenta los factores económicos y medioambientales que una expansión masiva de líneas de alta velocidad implicaría, lo que impide una evaluación en igualdad de condiciones”.
Es más, esta expansión de líneas ferroviarias supondría un importante impacto socioeconómico y una pérdida de biodiversidad en comparación con la aviación. Sin olvidar, los casos en los que el tren no puede sustituir a los aviones, como por ejemplo en las islas o regiones remotas o aquellas que tienen barreras geográficas particulares, para las cuales la conectividad aérea es vital para la supervivencia económica.
Sin embargo, “aunque llegamos a la conclusión de que el ferrocarril no puede sustituir eficazmente al avión, sí creemos que las soluciones multimodales que combinan los vuelos con el ferrocarril son muy atractivas a la hora de optimizar la sostenibilidad y mejorar la conectividad”, explican desde el organismo europeo.
Por lo tanto, Eurocontrol sostiene que la inversión en transporte debe equilibrarse entre ambas industrias, basándose en complementos naturales y trabajando hacia los objetivos de reducción de emisiones de la industria del transporte, haciendo que la solución óptima sea más “avión y tren, en lugar de, avión contra tren”.