La Agencia Espacial Europea (ESA) ha confirmado que el satélite Sentinel-1D ya ha sido cargado de combustible y se encuentra preparado para su encapsulación, un paso clave dentro de la campaña de lanzamiento que culminará el próximo 4 de noviembre con su despegue a bordo de un Ariane 6.
El nuevo miembro de la misión Copernicus Sentinel-1 está destinado a reforzar la constelación europea de observación radar de la Tierra, asegurando la continuidad del servicio tras más de una década de operaciones de su predecesor, Sentinel-1A, que lleva 11 años en órbita, superando ampliamente su vida útil prevista.
La misión Sentinel-1 proporciona imágenes radar de alta resolución de la superficie terrestre en todo tipo de condiciones atmosféricas y de iluminación, lo que la convierte en una herramienta esencial para múltiples aplicaciones civiles y científicas. Sus datos resultan fundamentales para equipos de respuesta ante desastres naturales, agencias medioambientales, autoridades marítimas y científicos del clima, entre otros usuarios que requieren actualizaciones frecuentes y fiables sobre el estado del planeta.
Sentinel-1D operará con un radar de apertura sintética (SAR) en banda C, el mismo tipo de instrumento que su satélite hermano Sentinel-1C, recientemente incorporado a la misión. Juntos ofrecerán mayor frecuencia de observaciones y cobertura global mejorada, aumentando la capacidad del sistema para registrar cambios en la superficie terrestre, vigilar el hielo marino, seguir la deforestación o controlar las rutas marítimas.
Además, ambos satélites incorporan un Sistema de Identificación Automática (AIS) para la detección y seguimiento de embarcaciones, lo que permitirá obtener datos más frecuentes y precisos sobre el tráfico marítimo.
Una campaña de lanzamiento sin contratiempos
El Project Manager de la misión, Thibaut Decoopman, confirmó que las operaciones avanzan según lo planificado y destacó el compromiso del equipo internacional implicado en la campaña.
“Desde su llegada a la Guayana Francesa, Sentinel-1D ha completado con éxito las últimas fases de integración y los ensayos funcionales. El satélite está ya cargado de combustible y en perfecto estado, listo para su acoplamiento al lanzador, gracias a la dedicación continua de nuestros colegas de la industria y del equipo de la ESA”, afirmó Decoopman.
Tras superar la revisión de preparación para vuelo (Flight Readiness Review) la semana pasada, el equipo ha iniciado la configuración final del satélite de cara a su lanzamiento. La encapsulación está prevista para el viernes 24 de octubre, paso previo a su integración con el Ariane 6.
Una vez completada su fase de puesta en servicio, Sentinel-1D asumirá el papel operativo de Sentinel-1A, garantizando la continuidad del suministro de datos críticos dentro del programa europeo Copernicus, pilar de las capacidades de observación de la Tierra de Europa. La combinación de Sentinel-1C y Sentinel-1D permitirá reforzar la resiliencia del sistema y optimizar la periodicidad de adquisición de imágenes, consolidando la posición del programa Copernicus como una infraestructura esencial para la monitorización global y la gestión sostenible del planeta.
Con su lanzamiento previsto para principios de noviembre, la ESA y sus socios industriales se preparan para un nuevo hito en la evolución de la flota Sentinel, que continúa ampliando las fronteras de la observación espacial europea al servicio de la ciencia, la seguridad y la sostenibilidad.