Poco antes del mediodía de este jueves, la nave de carga Progress MS-27 de la agencia espacial rusa Roscosmos despegó del cosmódromo de Baikonur hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo de un cohete Soyuz-2.1a con 2.504 kilogramos de equipos, ropa, alimentos, además de con 754 kilogramos de combustible, 420 kilogramos de agua potable y 49 kilogramos de nitrógeno.
Después de un viaje en órbita de dos días a la estación, la nave espacial se acoplará automáticamente al puerto orientado hacia el espacio del módulo Poisk del laboratorio orbital poco antes del mediodía del sábado. La nave espacial permanecerá atracada en la estación durante casi seis meses antes de partir, a finales de noviembre, para reingresar a la atmósfera de la Tierra y deshacerse de la basura cargada por la tripulación.
La ISS es una convergencia de ciencia, tecnología e innovación humana que permite investigaciones que no son posibles en la Tierra. Durante más de 23 años, la Nasa ha apoyado una presencia humana estadounidense continua a bordo del laboratorio orbital, a través del cual los astronautas han aprendido a vivir y trabajar en el espacio durante largos períodos de tiempo. La estación espacial es un trampolín para el desarrollo de una economía terrestre baja y los próximos grandes avances de la Nasa en exploración, incluidas las misiones a la Luna bajo Artemisa y, en última instancia, la exploración humana de Marte.