Rocket Lab Corporation ha anunciado la firma de un acuerdo definitivo para adquirir la sociedad matriz de Geost, empresa estadounidense especializada en sensores electro-ópticos e infrarrojos (EO/IR) para satélites de alta prioridad nacional. La operación, valorada en 275 millones de dólares (125 millones en efectivo y 150 millones en acciones privadas de Rocket Lab), más hasta 50 millones adicionales en earn-outs ligados a objetivos de ingresos, supone la entrada formal del grupo en el segmento de cargas útiles satelitales y refuerza su perfil como proveedor integrado de soluciones espaciales de defensa.
El cierre de la adquisición está previsto para el segundo semestre de 2025, una vez obtenidas las aprobaciones regulatorias pertinentes.
Con más de 20 años de vuelo en misiones clasificadas y no clasificadas, Geost suministra sensores avanzados para alerta y seguimiento de misiles, ISR táctico, observación terrestre y concienciación situacional del dominio espacial. Estas capacidades son fundamentales para las arquitecturas resilientes y proliferadas que promueve el Departamento de Defensa de EEUU, como la futura constelación Golden Dome o la Tracking Layer de la Space Development Agency.
Al incorporar estos productos dentro de su propia cadena de valor, Rocket Lab busca reducir riesgos de integración, acortar plazos y contener costes en la entrega de satélites llave en mano, especialmente para clientes gubernamentales.
“Rocket Lab nació para romper los moldes del sector espacial y esta adquisición nos permite ofrecer soluciones críticas de extremo a extremo”, señala Sir Peter Beck, fundador y CEO de la compañía. “Con la tecnología EO/IR de Geost podremos desplegar plataformas capaces de detectar e interpretar amenazas en tiempo real, reforzando nuestro papel como socio fiable de EEUU y sus aliados”.
Por su parte, Bill Gattle, director general de Geost y CEO de Lightridge Solutions (grupo vendedor, participada por ATL Partners), subraya que la integración “es un paso natural” y que “al internalizar cargas útiles ópticas de altas prestaciones, Rocket Lab potencia su oferta full-stack y se posiciona para responder a la creciente demanda de sistemas espaciales de alto rendimiento”.
La operación incluye:
– Activos productivos y de I+D: plantas y laboratorios en Tucson (Arizona) y Virginia.
– Propiedad intelectual: cartera completa de sensores EO/IR y tecnologías asociadas.
– Capital humano: incorporación de 115 ingenieros y técnicos, elevando la plantilla global de Rocket Lab a más de 2.600 empleados repartidos entre EEUU, Canadá y Nueva Zelanda.
Con ello, Rocket Lab añade una nueva división de Sistemas Ópticos a su catálogo, que ya incluye lanzadores livianos Electron y Neutron, buses satelitales Photon, subsistemas electrónicos, separación de cargas útiles y servicios de misión.
Implicaciones para el mercado de defensa
La operación consolida la tendencia a la verticalización en la industria espacial: los integradores de plataforma buscan controlar también los elementos de carga útil para ofrecer soluciones completas y capturar mayor valor añadido. En el caso de Rocket Lab, la maniobra le sitúa como competidor directo de compañías establecidas en el ámbito EO/IR y fortalece su oferta ante los programas de la Fuerza Espacial estadounidense, que demandan satélites ágiles y de bajo coste frente a entornos cada vez más contestados.
Tras el cierre, Rocket Lab integrará los flujos de ingeniería y producción de Geost en su red de centros en California, Colorado y Nuevo México, con el objetivo de lanzar los primeros satélites equipados con sensores propios a partir de 2026. La compañía avanza así en su hoja de ruta para convertirse en “la fábrica espacial de referencia” para plataformas de defensa, comunicaciones seguras y observación táctica.
Con esta adquisición, Rocket Lab refuerza su posición como actor disruptivo y confirma que la carrera por la cadena de suministro completa, del despegue al dato, se ha convertido en el nuevo campo de batalla competitivo del sector aeroespacial.