El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), en colaboración con la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) y la Dirección General de la Marina Mercante, están llevando a cabo un proyecto temporal en El Estrecho destinado a contrastar la utilidad y eficacia del uso de drones en el control de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
El servicio de la EMSA se denomina RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems) y tiene como misión principal en esta ocasión detectar posibles emisiones de óxidos de azufre por encima de los límites establecidos en el anexo VI del Convenio Internacional sobre la Polución Marítima (MARPOL), relativo a la prevención de la contaminación atmosférica. En la actual normativa, el contenido de óxidos de azufre en combustibles utilizados en buques no puede superar el 0,50% en masa.
Es la primera vez que se controlan estas emisiones desde un dron fuera de las zonas de control de emisiones establecidas en el norte de Europa. Para llevar a cabo el proyecto se está utilizando un dron de 3,2 metros de envergadura propulsado por combustible de aviación. Se trata del Schiebel CAMCOPTER S100, con despegue y aterrizaje vertical, equipado con sensores de gas y cámaras que cubren rangos espectrales ópticos e infrarrojos para detectar mejor los gases generados por la combustión y expulsados a través de las plumas de los barcos (chimeneas).
El dron tiene varias características que lo convierten en una herramienta muy útil para este servicio, incluida su capacidad de despegar y aterrizar en un área menor de 25 metros cuadrados, una duración de vuelo de más de seis horas, una autonomía de más de 100 kilómetros y un rango de altura de hasta 3.650 metros.
En el Estrecho, el RPAS comenzó a funcionar el día 12 de julio y culminará sus operaciones a finales del mes de octubre. Durante este período está llevando a cabo dos vuelos diarios, con una media de 10 inspecciones por jornada.
Hasta la fecha se han controlado 294 buques y en 27 de ellos se ha detectado un posible incumplimiento de los límites de contenido de azufre en el combustible utilizado. Este dato supera las expectativas de incumplimientos, tasado hasta ahora en un 9% del total de buques objeto de control.