El Gobierno de Portugal ha despedido a la directora ejecutiva de la aerolínea estatal TAP Air, Christine Ourmières-Widener, y al presidente, Manuel Beja, tras el escándalo relacionado con el pago de una indemnización de 500.000 euros a la exadministradora de la junta, Alexandra Reis.
El ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Medina, asegura que tras conocer el informe final de la Inspección General de Hacienda (IGF) sobre el cese de la exadministradora Alexandra Reis, “el gobierno ha decidido destituir con causa justa al presidente y a la directora ejecutiva de TAP. En las próximas semanas, el Estado designará a los nuevos cargos”.
Reis se unió a TAP en 2017 y participó activamente en la reestructuración de la aerolínea, que incluyó la reducción de la flota, el despido de más de 3.000 empleados y la reducción de salarios en un intento por volver a generar ganancias. Aunque le quedaban dos años más de contrato, abandonó la empresa al año siguiente pidiendo una indemnización de 1,5 millones de euros. Después de la negociación, le dieron un tercio de la compensación que había pedido.
Sin embargo, la IGF realizó una investigación y declaró que esa cantidad era ilegal, por lo que Reis debía devolverla. De hecho, además, tuvo que renunciar al cargo, recién obtenido, de secretaria del Tesoro. El ministro de Infraestructura, Pedro Nuno Santos, también renunció en ese momento.
Con esta decisión, “se recupera el vínculo de confianza entre el país y la empresa, dentro de un capítulo que ha sacudido la confianza de los portugueses”, asegura el ministro.