Jacques-Emile Blamont, uno de los padres de la aventura espacial francesa, murió el pasado lunes a los 93 años en Châtillon (Altos del Sena), informa la prensa del país galo. Fue fundador y director científico y técnico del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES), conocido por haber contribuido al desarrollo de Veronique, el primer cohete lanzado por Francia en 1957.
Ingresó en la École Normale Supérieure, donde preparó su tesis y se doctoró bajo la supervisión del profesor Alfred Kastler, premio Nobel de Física en 1966. El director general del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) le llamó como investigador para ayudar al geofísico Etienne Vassy, que estaba llevando a cabo experimentos científicos utilizando cohetes sonoros.
El elegido fue el cohete Veronique (VERnon y electrONIQUE), también conocido como Proyecto 4213, una familia de cohetes sonda y de prueba franceses cuyos primeros modelos fueron desarrollados a finales de los años 1940 y que se considera precursora temprana de los cohetes Ariane. Propulsados por ácido nítrico y queroseno, superaron a su competidor directo, los cohetes Eole.
Pocos científicos creyeron en el potencial de estos cohetes. Jacques Blamont lo demostró en marzo de 1959. Descubrió una región desconocida de la atmósfera superior, la turbopausa, e hizo las primeras mediciones de la termosfera. Estos resultados son tan innovadores que pronto darían lugar a una nueva disciplina, la dinámica de la atmósfera superior, de la cual él y sus colaboradores se convertirían en pioneros.
Asesor científico principal del CNES desde 1972, después de haber sido su director científico y técnico cuando se fundó en 1962, Jacques-Emile Blamont se dedicó a la investigación espacial desde que comenzó en Francia. Dirigió el sector aeronáutico en CNRS. Fue uno de los pocos europeos que ha cooperado con la Nasa a un alto nivel.