El sindicato profesional independiente de controladores aéreos (Spica) ha asegurado, durante el XIV Congreso anual de la Unión sindical de controladores aéreos (Usca) que “no es el momento adecuado para la firma del tercer convenio colectivo”. La votación del preacuerdo del III Convenio Colectivo Profesional del 13 de diciembre ha generado incertidumbre entre los controladores de Spica, que piden mayor tiempo de reflexión a Usca para no tomar una decisión precipitada.
El equipo jurídico de Spica explicó durante el congreso las consecuencias de las últimas sentencias y las repercusiones que pueden tener en el caso de que se refrende el preacuerdo del convenio colectivo antes del pronunciamiento de los tribunales. Spica considera que no es el momento adecuado para posicionarse sobre la propuesta de convenio presentada por Enaire hace escasos dos meses y en la que no se ha contado con el tiempo suficiente para llevar a cabo un análisis en profundidad de su contenido.
Así, el secretario general de Spica, Tomas Vírseda, ha asegurado que el sindicato “va a continuar en la lucha de la defensa de los compañeros controladores como siempre hemos hecho, pero, además, lo que sí que vamos a seguir intentando durante estos días que quedan hasta que nuestros compañeros de Usca voten en su asamblea sobre el próximo convenio, es tratar de convencerles de que no es el momento de firmarlo, que votar no en la asamblea a lo que les van a proponer, no supone rechazar el convenio, no supone enfrentamiento. No os pedimos nada más que esperéis al momento adecuado para que este convenio pueda ser un convenio del que no nos tengamos que arrepentir, porque las situaciones cambian y tenemos certeza de que van a cambiar. Por tanto, esperemos a que la situación sea la adecuada”.
“Todavía estamos desarrollando por qué la productividad de los controladores que se comunica a Europa, es una productividad mucho peor de la que realmente tenemos, y por la cual se nos considerara los controladores más caros de Europa, cuestión que para nada es cierta y según nuestros datos no solo no somos los controladores más caros y más inefectivos de Europa, sino todo lo contrario, somos los más baratos de los cinco grandes”, ha reiterado el secretario general.
Además, en este tercer convenio está el caso de la jornada actual muy por encima de la de los controladores de Europa, y que se debería regular y tender a un máximo de 1.500 horas para equipararse a la de sus homólogos europeos. Sin embargo, de salir adelante este tercer Convenio, se estaría condenando a los controladores a una jornada de 1.615 horas de por vida, “algo absolutamente desproporcionado”, según declaraciones de su secretario general.