Lockheed Martin completó el pasado martes la entrega de los F-35A número 51 y 52 a la Real Fuerza Aérea Noruega, convirtiendo a Noruega en el primer país socio del F-35 en cumplir con su programa histórico. «El F-35 es el mejor avión de combate del mundo y me complace enormemente que recibamos el último de los 52 aviones de combate de Lockheed Martin que Noruega ha encargado», declaró Tore O. Sandvik, ministro de Defensa noruego. «Esta aeronave nos permite salvaguardar la soberanía noruega y mantener un control aún mayor sobre nuestras áreas terrestres, marítimas y aéreas».
Las capacidades avanzadas y la mayor interoperabilidad del F-35 refuerzan la defensa soberana de Noruega y su cooperación con aliados clave en toda Europa, incluyendo a sus vecinos más cercanos en la región nórdica. La flota del F-35 desempeñará un papel crucial en la protección del Alto Norte y el apoyo a las misiones de la OTAN.
«La flota noruega de F-35 mejora la interoperabilidad de los sistemas de defensa de las Fuerzas Armadas Noruegas, mejorando el conocimiento de la situación de toda la fuerza y reforzando la seguridad transatlántica», declaró Chauncey McIntosh, vicepresidente y director general del programa F-35 de Lockheed Martin. «Nos honra continuar nuestra colaboración de más de 50 años con Noruega, garantizando que la Real Fuerza Aérea Noruega se mantenga a la vanguardia de las amenazas emergentes para proteger la seguridad de Noruega y sus aliados durante las próximas décadas».
Como piedra angular del espacio de batalla para 20 naciones aliadas, el F-35 promueve la paz mediante la fuerza en el siglo XXI. Con más de un millón de horas de vuelo y una flota global de más de 1.150 aeronaves, en constante crecimiento, el F-35 ofrece capacidades inigualables, reforzando la disuasión de los aliados en todo el mundo. Los F-35 operan desde 48 bases en todo el mundo, incluyendo 10 países que operan en territorio nacional.
A medida que los adversarios avanzan rápidamente en la tecnología, la conectividad inigualable del F-35 y su capacidad de trabajar en conjunto con activos que operan en tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio son esenciales para proteger los cielos hoy y en el futuro.