La nave rusa Soyuz MS-21 con tres cosmonautas a bordo atracó el pasado viernes en el módulo Prichal para acoplarse en la Estación Espacial Internacional (ISS) cuando ésta volaba a 420 kilómetros sobre Kazajstán, tres horas después de su lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur.
En medio de la tensión mundial por la invasión rusa de Ucrania y las sanciones y amenazas recíprocas entre Occidente y Rusia, los cosmonautas de Roscosmos Oleg Artemyev, Denis Matveev y Sergey Korsakov, uniformados con monos con los colores amarillo y azul como los
de la bandera ucraniana, en lugar del uniforme azul estándar, fueron recibidos con entusiasmo por los miembros de la tripulación de la ISS: dos rusos, cuatro estadounidenses y un alemán.
Los trajes de vuelo de los cosmonautas rusos, que se cambian en ruta, desprendiéndose de los trajes presurizados y los cascos necesarios para el lanzamiento, generalmente se embarcan a bordo de la nave espacial semanas antes del despegue.
Cuando se le preguntó acerca de los monos con los colores ucraniano durante una conferencia de prensa transmitida en directo por Roscosmos, Artemyev, el comandante de la expedición, bromeó diciendo que había “mucho material amarillo acumulado en el almacén” cuando se fabricaron los trajes de vuelo.
Roscosmos negó que los colores de los uniformes de los cosmonautas Oleg Artemyev, Denis Matveev y Sergey Korsakov fueran un guiño a la bandera de Ucrania y que respondían al escudo de la Universidad Técnica Estatal Bauman, en la que se graduaron los tres.
Después de 12 días, Artemyev, Matveev y Korsakov sustituirán a Shkaplerov, Dubrov y Vande Hei, quienes tienen previsto regresar a la Tierra a bordo de la Soyuz MS-19 el próximo día 30. La víspera, Shkaplerov entregará el mando de la estación a Marshburn. A su regreso, Vande Hei ostentará el récord estadounidense de la misión de vuelo espacial tripulado más larga con 355 días de permanencia en la ISS.