El Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) asegura que la economía aeroportuaria y sus indicadores de rendimiento juegan un papel importante en el fomento de la prosperidad económica mundial.
La industria aeroportuaria era un negocio saludable y globalmente rentable antes del advenimiento de la pandemia de Covid-19, mostrando un inmenso valor para la economía mundial.
De ahí que Angela Gittens, directora general de ACI, pida “asistencia y ayuda para que el sector garantice operaciones esenciales y proteja millones de empleos”. De hecho, el brote de Covid-19 puede llegar a provocar una pérdida mundial de 76.000 millones de dólares en 2020 a la industria aeroportuaria.
“Los aeropuertos se enfrentan a perspectivas difíciles en este momento porque una proporción significativa de los costes de los aeropuertos, en particular los costes de capital, son fijos, dejando menos amortiguación durante una recesión, especialmente una de esta magnitud”, explica Gittens.
“Como una parte importante de los ingresos del aeropuerto se destina a financiar el tan necesario desarrollo de capacidad una vez que se reanudan las operaciones comerciales habituales, cualquier disminución en los ingresos puede tener un impacto dramático en el desarrollo del aeropuerto y, a su vez, en el negocio de las aerolíneas”, continúa la directora.
Esto se debe a que la aviación es un ecosistema interdependiente e interconectado y, para mantenerse a flote, requerirá una respuesta coordinada y estratégica para superar las dificultades inesperadas y “volver a encaminarse lo antes posible”, comenta la directiva.
El Informe de ACI revela que los ingresos globales de la industria crecieron un 4,3% para llegar a 178.200 millones de dólares en 2018, pero que los ingresos por pasajero disminuyeron un 1,7%.