La Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado un paso crucial en su compromiso por la sostenibilidad espacial con el lanzamiento de su primera misión de servicios en órbita, RISE. Esta innovadora misión, que cuenta con un contrato de cofinanciación de 119 millones de euros con la empresa europea D-Orbit, marca un hito en la industria aeroespacial.
RISE está diseñada para demostrar la capacidad de realizar encuentros y acoplamientos seguros con satélites en órbita geoestacionaria, lo que abrirá las puertas a una nueva generación de servicios comerciales en el espacio. Tras la verificación de sus estándares de rendimiento, D-Orbit iniciará sus servicios de extensión de vida útil de satélites geoestacionarios, posicionando a Europa a la vanguardia de la industria de servicios en órbita.
Esta misión es un paso clave dentro del programa de seguridad espacial de ESA, cuyo objetivo es limpiar la órbita terrestre de desechos espaciales. La ESA aspira a establecer una verdadera economía circular en el espacio, minimizando el impacto de las misiones espaciales en los recursos terrestres y promoviendo el uso eficiente de los activos espaciales. La estrategia «Cero Desechos» de ESA incluye el diseño de nuevas misiones que, para 2030, operarán de manera segura y se eliminarán de la órbita sin generar nuevos desechos.
Josef Aschbacher, director general de ESA, destacó la importancia de la misión RISE como un paso lógico en la búsqueda de una sostenibilidad espacial integral, asegurando que “extender la vida útil de los satélites no solo permite generar más datos y beneficios de los activos espaciales existentes, sino que también mejora la competitividad y la sostenibilidad de las operaciones espaciales».
La vida útil de los satélites, alargada
La misión RISE está programada para lanzarse en 2028 y tendrá una duración de ocho años. La nave, equipada con la última tecnología robótica y sistemas de acoplamiento, llevará a cabo una demostración en la que se acoplará a un satélite geoestacionario en la llamada «órbita cementerio», a más de 36.000 kilómetros de la Tierra. Esta demostración permitirá a D-Orbit iniciar la operación de servicios comerciales que incluyen el control de la actitud y la órbita de satélites que, por falta de combustible o fallas parciales, no pueden mantenerse en su órbita pero aún pueden continuar con sus misiones.
La misión RISE es solo el comienzo de una nueva era de servicios en órbita que incluirán no solo la extensión de la vida útil de los satélites, sino también operaciones de reabastecimiento, ensamblaje y reparación en el espacio. Según Holger Krag, jefe de seguridad espacial de ESA, la misión es una muestra del compromiso de Europa para liderar este mercado emergente: “Queremos hacer en el espacio lo que haríamos con nuestros coches en un taller mecánico o una estación de servicio. Esta es una emocionante aventura que estamos listos para emprender junto con D-Orbit”.
La innovación tecnológica detrás de la misión RISE promete revolucionar la forma en que gestionan y mantienen nuestros activos espaciales, contribuyendo a la mitigación de desechos espaciales y asegurando un entorno espacial más seguro y eficiente para las futuras generaciones.