La aviación en América Latina aporta 156.000 millones de dólares en PIB, apoya 7,2 millones de puestos de trabajo y une a América Latina con 160 ciudades de todo el mundo, según el panorama sobre el desarrollo del transporte aéreo en la región expuesto por el vicepresidente regional de la IATA, Peter Cerdá, en el ALTA Airline Leaders Forum, que se ha celebrado estos días en Brasilia.
Sin embargo, la industria se enfrenta actualmente a duras condiciones comerciales, tanto a nivel mundial como regional, provocadas por el clima político general y las guerras comerciales, según Cerdá. Los ingresos totales por kilómetro de pasajeros o RPK de la región aumentaron un 3,4% en agosto de 2019, con respecto al mismo período del año anterior, mientras que las toneladas-kilómetro de mercancías o FKT se mantuvieron estables en un 0,1% de crecimiento durante el mismo período. Con los altos costes operativos en la región, la rentabilidad sigue siendo un desafío clave.
«Las estimaciones a largo plazo apuntan a que el tráfico de pasajeros en la región seguirá creciendo anualmente en torno al 4,1%, mientras que las clases medias en ascenso impulsarán una parte sustancial de esta demanda. Para conseguirlo, necesitamos estabilidad política en la región y los últimos acontecimientos han demostrado una vez más que no es algo que se pueda dar por sentado», comentó el ejecutivo.
Cerdá hizo un llamamiento a los gobiernos para que apoyen a la industria teniendo en cuenta:
– La reducción de costes: América Latina sigue siendo una región con altos costes operativos, impulsados por los altos impuestos y tasas que imponen los gobiernos y los proveedores de servicios. «Los costos inflados artificialmente deben terminar”, dijo Cerdá.
– Infraestructura: La provisión de una infraestructura adecuada a un precio asequible es una necesidad. Dado que el número de pasajeros en la región se duplicará en los próximos 20 años y que la mayoría de los centros de conexiones (hubs) de la región ya están saturados, las autoridades competentes deben conceder la máxima prioridad a esta cuestión.
– Una regulación más inteligente: La aviación es una industria global y, como tal, existen normas mundiales para tratar temas como los derechos de los consumidores, por lo que instamos a los gobiernos a que se adhieran estrechamente al Convenio de Montreal de 1999. “En la región nos enfrentamos una vez más a un mosaico de normas y reglamentos locales, que en apariencia parecen ser de interés para los consumidores, pero que en última instancia incrementan los costes de las compañías aéreas, minimizando así el potencial de reducción de las tarifas”.