A pesar de algunos obstáculos económicos y geopolíticos a nivel mundial, las perspectivas para la industria de defensa son optimistas en 2023. Así desde IFS, compañía de software empresarial en la nube y especialista en el sector, destacan algunos de los hitos que marcarán este nuevo año en el sector.
En primer lugar, aseguran que la tecnología estará a la vanguardia del sector con sistemas como la impresión 3D y la industria 4.0, que están aumentando la eficiencia de fabricación y preparación de activos. Además, se extenderá considerablemente el uso de vehículos militares autónomos por mar y los nuevos marcos permitirán recopilar datos para la próxima frontera: el espacio.
En esta línea, las principales fuerzas de defensa, los fabricantes de A&D y los contratistas de defensa contemplan una fuerte apuesta IT en sus operaciones para adelantarse a las amenazas hostiles y, por lo tanto, eliminar cualquier posible daño y peligro a los combatientes, al tiempo que garantizan que la logística militar aproveche al máximo las nuevas tecnologías.
Larga vida a la impresión 3D
La fabricación aditiva está llegando a la mayoría de edad para convertirse en un protocolo base para más del 50 % de los fabricantes de A&D en 2023 que ayudará a minimizar la huella logística y reducir las emisiones de carbono.
Las fuerzas militares utilizan cada vez más la impresión 3D para ayudar con las reparaciones rápidas de vehículos, barcos y aeronaves. Incluso se están diseñando y haciendo prototipos nuevos equipos de seguridad y suministros médicos para uso de las fuerzas militares. “De hecho, el ejército de EEUU está diseñando la impresora 3D más grande del mundo capaz de imprimir piezas de metal de 30 pies de largo, 20 pies de ancho y 12 pies de alto. Esto será clave con los avances en el uso de la impresión 3D para pistas y búnkeres”, explica Gonzalo Valle, director de preventa de IFS.
Con todo ello, el 75% de los líderes de la industria esperan que la impresión 3D se convierta en un protocolo base dentro de la industria de defensa global en los próximos 10 años. La capacidad de imprimir piezas y componentes de repuesto en 3D cuándo y dónde sea necesario, permite que las fuerzas militares sean más autosuficientes y reduce el tiempo de espera del mantenimiento.
Precisamente, depender de proveedores externos normalmente puede sumar hasta 25 días, lo que es crítico en tiempos de batalla y cuando las fuerzas hostiles pueden intentar cortar las líneas de suministro. En última instancia, esto minimizará la huella logística de las bases operativas avanzadas, lo que significa que las fuerzas pueden desplegarse en áreas más remotas debido a la disminución de la necesidad de tener acceso a extensas líneas de suministro.
La frontera espacial
El espacio se está cada vez más militarizando y se espera que el mercado despegue en los próximos dos años y crezca de los 14.210 millones de euros en 2022 a los 31.900 millones de euros para 2029 a una CAGR de 12,25%. Actualmente, se está utilizando para navegar y rastrear fuerzas para evitar la detección de entrega de suministros o permitir ataques precisos en bases hostiles, así como para mejorar la comunicación y detectar amenazas potenciales.
“Ha comenzado la carrera para obtener un dominio espacial más militarizado, y las organizaciones intergubernamentales como la OTAN están obteniendo prioridades a medida que las fuerzas militares se preparan para depender cada vez más de las operaciones impulsadas por el espacio. De hecho, en 2022, la OTAN publicó una “Política espacial general”, para establecer los aspectos fundamentales del dominio espacial y su importancia para preservar la seguridad y la prosperidad de la alianza” afirma Valle.
Una prueba más de que, como parte de su política, la OTAN abordará el espacio como un coordinador entre los miembros con activos basados en el espacio poniendo en relieve la necesidad de sistemas espaciales que permitan un mayor conocimiento de la situación espacial, inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), monitorizando el espacio con comunicaciones por satélite, posición, navegación, sincronización y activos compartidos de alerta temprana.