Casi coincidiendo con la celebración este lunes de la XXVI Cumbre franco-española, que reunió en Montauban, Francia, a ambos presidentes y, vía telemática desde Madrid y París, a 11 ministros de los respectivos Gobiernos, se han puesto de relieve en el país vecino los enormes problemas que paralizan el desarrollo del Future Combat Air System (FCAS). ¿Estuvo presente en dicha cumbre este tema?
Es lo que se preguntan algunos observadores, a la vista de que el FCAS, un tema tan interesante para la industria y la defensa españolas y no figura para nada en las múltiples reseñas, referencias y notas de prensa emanadas este lunes a raíz de la celebración de la cumbre.
Este diario daba cuenta este lunes de lo manifestado días anteriores ante la Comisión de Asuntos Exteriores, de la Defensa y de las Fuerzas Armadas del Senado francés, primero, y con ocasión de la presentación de resultados de su empresa en el pasado año, más tarde por el CEO de Dassault Aviation, Eric Trappier, que también es presidente de la Asociación de Industrias Francesas Aeroespaciales (GIFAS). Según él, ante los problemas surgidos entre los tres países socios del caza New Generation Fighter (NGF), que obstaculizan y paralizan el desarrollo del FCAS, la industria aeroespacial francesa aventura un plan B y se muestra dispuesta a ir en solitario al margen de Alemania y España.
¿Se habló de esto en la cumbre? Al parecer, entre la ministra de Defensa, Margarita Robles, y su homóloga francesa, Florence Parly, ambas firmantes en junio de 2019 de la adhesión de España al proyecto europeo FCAS, este tema no se abordó, según se desprende de la información facilitada por el palacio de la Moncloa.
En el encuentro telemático de ambas ministras, “Robles ha destacado los fuertes vínculos bilaterales en el ámbito de la seguridad y la defensa a todos los niveles, y una visión compartida sobre cómo proteger a los ciudadanos y aportar paz a sociedades en riesgo, especialmente en África y en el entorno marítimo. También se han comprometido a abordar conjuntamente los nuevos desafíos en el ámbito del Espacio y el Ciberespacio, considerando a la UE como elemento vertebrador de estas iniciativas. Por ello, ambos señalan que seguirán trabajando para que seguir reforzando el vínculo transatlántico”. Así resume la referencia oficial el encuentro virtual entre ambas ministras.
Es verdad que, en la Declaración Conjunta, al término de la Cumbre, en uno de los capítulos se hace referencia a la “decisión de reforzar la Defensa europea, tanto desde el punto de vista operativo como del desarrollo de capacidades. La cooperación estructurada permanente, el fondo europeo de defensa y la facilidad europea para la paz constituyen los pilares de una Europa capaz de asumir más responsabilidades y de actuar de manera más autónoma”.
También se reconoce que “en el ámbito de armamento, en el que España y Francia ya son socias en el marco de numerosos programas importantes (Tigre, A400M, Eurodrone, NGWS/FCAS, ESSOR…) nuestros dos países seguirán colaborando activamente para llevar a cabo las cooperaciones iniciadas”.
La Cumbre franco-española acordó también “organizar próximamente el Consejo franco-español de defensa y seguridad en el marco de defensa (CFEDS) que brindará asimismo la oportunidad de actualizar la hoja de ruta establecida en la última edición del Consejo en 2013”.
Pero, en concreto, de todas las referencias facilitadas de la Cumbre, no se aprecia que se hubieran abordado directamente las cuestiones denunciadas pocos días antes por el CEO de Dassault Aviation y presidente de la patronal francesa de la industria aeroespacial y que han llevado a ésta a plantearse prescindir de Alemania y España en el desarrollo del FCAS.