La firma Escribano, especializada en innovación y tecnología para defensa y seguridad, ha incrementado su participación en Indra hasta alcanzar el 8%. Esta adquisición representa un avance significativo en su estrategia de fortalecimiento en el ámbito de la defensa nacional.
Tras haber adquirido el 3,4% de las acciones de Indra el pasado mes de mayo, Escribano, ya considerado el segundo socio industrial de Indra, continúa su proyección dentro de la cotizada, aumentando su posición accionarial en un 4,6% adicional. El valor actual de mercado de esta participación asciende a alrededor de 118 millones de euros.
Según la compañía, esta operación de inversión estratégica tiene como objetivo consolidar su posición empresarial, impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías, promover el crecimiento de capacidades y facilitar la creación de empleo cualificado en todo el territorio español. Este movimiento consolida a Escribano como el tercer mayor accionista de Indra, después de la SEPI y por delante de otros inversores notables.
Escribano enfatiza que esta inversión contribuirá significativamente al desarrollo de programas actuales y futuros en el ámbito de la defensa, tanto a nivel nacional como internacional. Ejemplo de ello es su reciente inversión en Córdoba, destinada a la producción de tecnologías de munición inteligente y lanzacohetes, con una proyección de crear más de 200 empleos directos altamente cualificados.
La empresa, fundada en 1989, ha mantenido un crecimiento rentable promedio del 35% anual en la última década y ha experimentado un aumento en su plantilla, pasando de 80 profesionales en 2010 a más de 750 en la actualidad. Con una inversión de más de 77 millones de euros en empresas españolas durante los últimos tres años, exporta a más de 25 países y proyecta una facturación de 120 millones de euros para 2023.
Escribano destaca su compromiso con la inversión en innovación y desarrollo, destinando el 68% de su resultado de explotación a este fin, con un aumento del 126% en los últimos dos años. La empresa subraya su estrategia orientada a la creación de nuevas capacidades tecnológicas con soberanía nacional, mediante colaboraciones industriales y consorcios que contribuyan al crecimiento de la industria española.