La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) anunció una fuerte demanda de tráfico de pasajeros en abril. En concreto, en el cuarto mes de 2023 el tráfico total ha crecido un 45,8% con respecto al mismo mes del año anterior. A nivel mundial, el tráfico ahora se encuentra en un 90,5% con respecto a los niveles anteriores a la pandemia. Con un 81,3%, el factor de carga de la industria estaba solo 1,8 puntos porcentuales por debajo del nivel previo a la pandemia.
El tráfico doméstico de abril aumentó 42,6% en comparación con el mismo período del año anterior y ahora se ha recuperado por completo, registrando un aumento de 2,9% con respecto a los resultados de abril de 2019. Por su parte, el tráfico internacional aumentó un 48% en comparación con abril de 2022 y todos los mercados registraron un crecimiento saludable. Los operadores de la región de Asia y el Pacífico continúan liderando la recuperación, alcanzando el 83,6% de los niveles de abril de 2019.
“Abril continuó la fuerte tendencia de tráfico que vimos en el primer trimestre de 2023. La disminución de la inflación y el aumento de la confianza de los consumidores en la mayoría de los países de la OCDE, combinados con la disminución de los precios del combustible para aviones, sugieren una fuerte demanda sostenida de viajes aéreos y una moderación de las presiones de costes”, dijo Willie Walsh, director general de IATA.
“De cara a la temporada alta de viajes en el hemisferio norte, los aviones y los aeropuertos están llenos de personas ansiosas por hacer uso de sus libertades de viaje. Las aerolíneas están trabajando arduamente para acomodarlos con una experiencia de viaje fluida a pesar de la continua escasez de la cadena de suministro y otros desafíos operativos. Lamentablemente, algunos gobiernos parecen más interesados en la regulación punitiva que en hacer su parte para permitir un viaje sin problemas. El esfuerzo despótico del gobierno holandés para reducir la capacidad en el aeropuerto de Schiphol es un excelente ejemplo. Y luego tenemos un enfoque en la regulación de los derechos de los pasajeros al estilo de la UE que se está extendiendo como un contagio. Los defensores de este enfoque pasan por alto un hecho clave. EU 261 no ha supuesto una reducción de los retrasos. Esto se debe a que penalizar a las aerolíneas aumenta los costes de las aerolíneas, pero no aborda los retrasos causados por factores sobre los que las aerolíneas no tienen control, como la gestión ineficiente del tráfico aéreo o la escasez de personal en los proveedores de servicios de navegación aérea. Lo mejor que podría hacer Europa para mejorar la experiencia de viaje es ofrecer el Cielo Único Europeo. En cuanto a otros gobiernos que contemplan la regulación de los derechos de los pasajeros, evitar que se repita el error de Europa sería un punto de partida útil”, explica el director.