Los dos accidentes que mataron a 346 personas a bordo del 737 Max de Boeing y llevaron a la puesta en tierra de este modelo de avión en todo el mundo fueron la “terrible culminación de una serie de fallos de ingeniería, una falta de transparencia por parte de la dirección de Boeing y una supervisión extremadamente insuficiente por parte de la FAA”, según el informe final del Comité de investigación de la Cámara de Representantes de EEUU.
Así, después de 18 meses de investigación, el presidente del Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara, Peter DeFazio, y el presidente del Subcomité de Aviación, Rick Larsen, publicaron el informe final del Comité sobre el Boeing 737 MAX.
Este informe expone los graves fallos y errores en el diseño, desarrollo y certificación de la aeronave, que entró en servicio comercial en 2017 antes de sufrir dos accidentes mortales con cinco meses de diferencia entre ellos que mataron a un total de 346 personas, incluidos ocho estadounidenses.
El informe, de 239 páginas, señala graves fallos que se repiten tanto por parte de Boeing como de la Administración Federal de Aviación (FAA) e incluye más de seis docenas de hallazgos de investigación. Estos temas incluyen:
- Presiones de producción que pusieron en peligro la seguridad de los pasajeros. Hubo una tremenda presión financiera sobre Boeing y el programa 737 MAX para competir con el nuevo avión A320neo de Airbus. Entre otras cosas, esta presión resultó en grandes esfuerzos para reducir costes, mantener el cronograma del programa 737 MAX y evitar ralentizar la línea de producción del 737 MAX.
- Supuestos de diseño y rendimiento defectuosos. Boeing hizo suposiciones fundamentalmente erróneas sobre tecnologías críticas en el 737 MAX, sobre todo con el MCAS, el software diseñado para empujar automáticamente la nariz del avión hacia abajo en ciertas condiciones. Boeing también esperaba que los pilotos, que en gran medida desconocían la existencia del MCAS, pudieran mitigar cualquier posible mal funcionamiento.
- Cultura del ocultamiento. Boeing retuvo información crucial de la FAA, sus clientes y los pilotos del 737 MAX, incluidos datos de prueba internos que revelaron que un piloto de pruebas de Boeing tardó más de 10 segundos en diagnosticar y responder a la activación no controlada del MCAS en un simulador de vuelo, una condición que describió el piloto como “catastrófico”. Las pautas federales asumen que los pilotos responderán a esta condición en cuatro segundos.
- Representación en conflicto. La estructura de supervisión actual de la FAA con respecto a Boeing crea conflictos de intereses inherentes que han puesto en peligro la seguridad del público que vuela. El informe documenta varios casos en los que los empleados de Boeing que han sido autorizados para realizar trabajos en nombre de la FAA no alertaron a la FAA sobre posibles problemas de seguridad o certificación.
- Influencia de Boeing sobre la estructura de supervisión de la FAA. Varios funcionarios de la FAA han documentado ejemplos en los que la administración de la FAA anuló una determinación de los propios expertos técnicos de la FAA a instancias de Boeing. Estos ejemplos son consistentes con los resultados de un borrador reciente de la encuesta de «cultura de seguridad» de los empleados de la FAA que mostró que muchos empleados de la FAA creían que sus líderes senior están más preocupados por ayudar a la industria a lograr sus objetivos y no son responsables de las decisiones relacionadas con la seguridad.
“Nuestro informe presenta inquietantes revelaciones sobre cómo Boeing, bajo presión para competir con Airbus y generar ganancias para Wall Street, escapó del escrutinio de la FAA, ocultó información crítica a los pilotos y finalmente puso en servicio aviones que mataron a 346 personas inocentes. Lo que es particularmente irritante es cómo Boeing y FAA jugaron con la seguridad pública en el período crítico entre los dos choques”, dijo el presidente DeFazio.
“En nombre de las familias de las víctimas de ambos accidentes, así como de cualquier persona que pise un avión esperando llegar a su destino de manera segura, estamos haciendo público este informe para destacar no solo la cultura de seguridad rota en Boeing, sino también las lagunas en el sistema regulatorio de la FAA que permitieron entrar en servicio este avión con fallos fatales. Fundamentalmente, nuestro informe le brinda al Congreso una hoja de ruta sobre los pasos que debemos tomar para reforzar la seguridad de la aviación y la transparencia regulatoria, aumentar la supervisión federal y mejorar la responsabilidad corporativa para ayudar a garantizar que la historia del Boeing 737 MAX nunca se repita”, comenta el presidente del Comité.
“La investigación exhaustiva del Comité descubrió errores que son difíciles de escuchar, pero necesarios para confrontar acerca de la certificación 737 MAX”, dijo el presidente Larsen. “Este informe, combinado con los hallazgos y recomendaciones de las investigaciones de Lion Air y Ethiopian Airlines, la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, la Revisión Técnica de Autoridades Conjuntas y otras entidades, sirve como una hoja de ruta para los cambios en el proceso de certificación de la FAA. Las 346 víctimas de los dos trágicos accidentes y sus familias, así como los viajeros, esperan con razón que el Congreso actúe. A medida que el Comité pase a la siguiente fase de supervisión, continuaré trabajando con el presidente DeFazio y mis colegas para abordar las importantes deficiencias culturales y estructurales identificadas en el informe a fin de mejorar la seguridad”, explica Larsen.
Cooperación de Boeing
Ante la publicación del informe del Comité de Transporte, Boeing asegura que ha cooperado extensamente con la investigación desde que comenzó a principios de 2019. «Hemos trabajado arduamente para fortalecer nuestra cultura de seguridad y reconstruir la confianza con nuestros clientes, reguladores y el público volador», aseguran desde el fabricante estadounidense.
Múltiples comités, expertos y autoridades gubernamentales han examinado cuestiones relacionadas con el MAX y se han incorporado muchas de estas recomendaciones, así como los resultados de sus propias revisiones internas, en el 737 MAX y en el proceso general de diseño del avión.
El diseño del MAX ha recibido una revisión interna y reglamentaria intensiva, que incluye más de 375.000 horas de prueba e ingeniería y 1.300 vuelos de prueba. «Una vez que la FAA y otros reguladores hayan determinado que el MAX puede volver al servicio de forma segura, será uno de los aviones más minuciosamente examinados de la historia, y tenemos plena confianza en su seguridad. También hemos tomado medidas para reforzar la seguridad en toda nuestra empresa, consultando a expertos externos y aprendiendo de las mejores prácticas en otras industrias», comentan desde Boeing.
Desde el fabricante se asegura que han aprendido muchas lecciones difíciles como empresa de los accidentes del vuelo 610 de Lion Air y del vuelo 302 de Ethiopian Airlines, y de los errores cometidos. «Como reconoce este informe, hemos realizado cambios fundamentales en nuestra empresa y seguimos buscando formas de mejorar. El cambio siempre es difícil y requiere un compromiso diario, pero nosotros, como empresa, estamos dedicados a hacer el trabajo», comentan desde la compañía.