El Ejército del Aire y del Espacio, en colaboración con Aviation Group, ha logrado preservar dos emblemáticos Boeing 707 mediante una operación de colaboración público-privada. Estos aviones, ahora destinados a la formación y exhibición, simbolizan un hito en la historia aeronáutica de España.
El primer Boeing 707, matrícula T 17-03, ha sido trasladado a la Universidad Rey Juan Carlos de Fuenlabrada. Allí se convierte en un recurso educativo crucial para los futuros mecánicos de Aviation Group, consolidando su posición como una de las aeronaves más significativas en su flota de formación. El segundo Boeing 707, conocido como el TM 17-4 o “avión espía”, ha sido ensamblado por técnicos militares y estudiantes de Aviation Group. Este avión ahora forma parte de la colección del Museo del Aire y del Espacio de Cuatro Vientos, donde se exhibe como una pieza clave de la historia militar española.
En 1988, el Ejército del Aire decidió reemplazar sus DC-8-52 debido a su antigüedad y frecuentes averías. Optaron por los Boeing 707, capaces de realizar misiones VIP y abastecer en vuelo a cazas como los Mirage F-1 y F-18. Se incorporaron cuatro unidades que cumplieron eficazmente diversas tareas. El B-707 TM 17-4 fue el último en unirse, originalmente fabricado para Northwest y operado por Olympic, y se destinó a misiones de inteligencia electrónica y comunicaciones. El TM 17-4 fue enviado a Israel para ser equipado con el sistema electrónico Elta L-8300 por IAI en colaboración con Indra. Bajo el nombre en clave “Santiago”, este proyecto de tres años equipó al avión con tecnología avanzada para misiones de inteligencia. El sistema Elta L-8300, conocido por su flexibilidad y calidad, se integró en varias estructuras, demostrando ser una herramienta crucial para las Fuerzas Armadas Españolas.
El secreto del TM 17-4 se reveló en 1994 tras un incidente durante un vuelo de prueba en Israel. La aeronave se unió oficialmente a las operaciones en España en 1996, convirtiéndose en un elemento vital para la inteligencia nacional. Su tripulación incluía pilotos, mecánicos y personal de inteligencia, operando en diversas áreas equipadas con tecnología de punta.
El TM 17-4 estaba dotado de sistemas avanzados que le permitían detectar señales a 450 kilómetros y contar con un sistema de video de alcance de 100 kilómetros. A pesar de sus innovaciones, enfrentó desafíos como la dificultad de vuelo y daños por un rayo, lo que le valió el apodo de “la maqueta” debido a sus frecuentes reparaciones en tierra. Sin embargo, incluso desde tierra, seguía cumpliendo su misión de interceptar comunicaciones enemigas.
La preservación de estos Boeing 707 ha sido posible gracias a la colaboración entre Aviation Group, la Universidad Rey Juan Carlos y el Ejército del Aire y del Espacio. Este esfuerzo conjunto asegura que estas aeronaves históricas sigan siendo un recurso valioso para la formación y la memoria histórica, demostrando el éxito de la cooperación entre instituciones públicas y privadas.