La Cámara de Representantes de los EEUU continuará su investigación sobre los dos trágicos accidentes del B 737 MAX, tras las declaraciones la pasada semana del CEO de Boeing, Dennis Muilenburg, ya que éstas suscitan nuevas preguntas, según manifestaron el presidente de la Comisión de Infraestructura y Transporte de la Cámara de Representantes y el de su Subcomisión de Aviación.
Según informa la agencia Reuters, Peter DeFazio y Rick Larsen indicaron en una carta conjunta dirigida a sus colegas de la Cámara que las respuestas de Muilenburg, en la audiencia del pasado miércoles «insistían en la cultura de ocultamiento y opacidad y reflejaban la inmensa presión ejercida sobre los empleados de Boeing durante el desarrollo y la producción del B 737 MAX».
La carta dice que los familiares de las víctimas «merecen una investigación exhaustiva de nuestra Comisión acerca de cómo fallaron el sistema regulatorio y la ley, y eso es exactamente lo que nuestra Comisión pretende hacer».
El testimonio de Muilenburg y el jefe de ingenieros de aviones comerciales de Boeing, John Hamilton, provocó «una letanía de nuevas preguntas tanto para Boeing como para la FAA sobre los fracasos que llevaron a la muerte trágica e innecesaria de 346 personas inocentes».
La Comisión publicó documentos sobre las decisiones de Boeing durante el desarrollo del MAX y un sistema de seguridad clave conocido como MCAS que provocó los dos accidentes fatales y la puesta a tierra del avión en marzo.
“Nuestra investigación muestra que desde casi el principio, Boeing tenía un mal diseño en MCAS con un solo punto de fallo. Entonces, Boeing ni siquiera podía cumplir con sus propios requisitos de diseño. El MCAS era fundamentalmente defectuoso y, según el propio análisis de Boeing, podría tener consecuencias catastróficas en ciertos casos «, dice la carta.
La carta añade que la operación de MCAS en los dos vuelos mortales violaba los criterios de diseño de Boeing para MCAS que requerían que «MCAS no interferirá con la recuperación de la inmersión» y «MCAS no tendrá ninguna interacción objetable con el pilotaje del avión».
«Nuestra investigación ya ha demostrado que la dirección de Boeing era consciente de muchos de los problemas que los ingenieros ahora intentan solucionar durante la fase de diseño y desarrollo del 737 MAX», dijeron DeFazio y Larsen. «La conclusión es que hay muchas preguntas sin respuesta, y nuestra investigación tiene un largo camino por recorrer para obtener las respuestas que todos merecen».