Lockheed Martin Skunk Works, la división de desarrollo avanzado de la compañía estadounidense, y la tecnológica española Arquimea han completado con éxito el desarrollo de una nueva capacidad de detección de anomalías para plataformas ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento). Esta innovación representa un salto cualitativo en el empleo de inteligencia artificial embarcada en sistemas no tripulados y sensores de última generación.
El sistema ha sido probado a bordo de una plataforma aérea no tripulada (UAS) sobre un entorno selvático, con resultados notables. Gracias al uso de redes neuronales y memorias episódicas, el sensor fue capaz de detectar variaciones físicas en el terreno sin necesidad de comparar imágenes de forma tradicional. En su lugar, el sistema contrastó en tiempo real los datos recogidos con su “memoria entrenada”, generando vistas únicas del entorno mediante algoritmos de aprendizaje automático.
La principal ventaja de esta tecnología radica en que reduce drásticamente el número de escaneos necesarios para identificar desviaciones o patrones inusuales en datos multiespectrales, especialmente en los espectros electroóptico e infrarrojo. Esta eficiencia se traduce en decisiones más rápidas y precisas, una mejora crítica en entornos operativos complejos donde la inmediatez es clave.
Según sus desarrolladores, el sistema puede incluso predecir aspectos de una escena que no son visibles desde un único punto de vista, aumentando la autonomía de las plataformas y permitiendo operar con fiabilidad en situaciones no previstas en el entrenamiento original.
Aplicaciones estratégicas
Aunque desarrollado con un enfoque claro en misiones ISR militares, el potencial de esta capacidad va mucho más allá. Sus aplicaciones incluyen desde la detección temprana de incendios forestales hasta el seguimiento de desastres ecológicos, pasando por el mantenimiento predictivo de infraestructuras críticas o la navegación autónoma de aeronaves.
“La combinación de algoritmos avanzados y aprendizaje automático nos permite dotar de más inteligencia a sensores ya embarcados, mejorando la seguridad y el rendimiento de las misiones”, destaca OJ Sanchez, vicepresidente y director general de Skunk Works.
Este desarrollo forma parte de una colaboración estratégica entre Lockheed Martin y Arquimea, con el objetivo de fomentar tecnologías de doble uso que refuercen tanto la defensa como el ecosistema tecnológico europeo. En palabras de Emanuele Serafini, vicepresidente de Lockheed Martin para Europa Occidental, “nuestra alianza con la industria española impulsa la innovación en inteligencia artificial aplicada, apoyando el liderazgo de España en este campo”.
Para Arquimea, esta cooperación posiciona a la empresa como un socio clave en soluciones de inteligencia artificial y sensores para defensa y seguridad. Los próximos pasos de la alianza prevén extender la tecnología a otros sensores embarcados en plataformas ISR, con el objetivo de optimizar la recogida de datos y acelerar la toma de decisiones autónomas en tiempo real.
Con este proyecto, Lockheed Martin Skunk Works y Arquimea demuestran cómo la IA embarcada y la cooperación internacional pueden redefinir el futuro de la vigilancia aérea, aportando soluciones más eficientes, adaptativas y resilientes frente a los retos emergentes del entorno operativo global.