El Pentágono autoriza la reanudación de entregas del caza F-35, que había suspendido hace un mes al conocerse que una aleación hecha en China estaba en uno de los componentes del avión de combate furtivo, violando las reglas federales de adquisición de defensa.
William LaPlante, subsecretario de Defensa para Adquisición y Mantenimiento de EEUU, firmó la Exención de Seguridad Nacional que permite al Departamento de Defensa aceptar aeronaves F-35 Lot 13 y Lot 14 que contengan metales especiales que no cumplan con los requisitos en Turbomáquinas Honeywell Integrated Power Package.
“La aceptación de la aeronave es necesaria por motivos de seguridad nacional. Esta determinación se aplica a un total de 126 aviones F-35 en espera de entrega o para ser entregados bajo el contrato de producción del Lote 12-14. Esta determinación se aplica desde la fecha de mi aprobación hasta la fecha de aceptación de la última aeronave entregada en virtud de ese contrato, que actualmente está proyectada para el 31 de octubre de 2023”, declaró el subsecretario.
La Agencia de Gestión de Contratos de Defensa notificó a la Oficina del Programa Conjunto F-35 en el Pentágono el 19 de agosto que una aleación utilizada en los imanes contenidos en las bombas de las turbomáquinas del F-35 procedía de China. Lockheed Martin construye el avión en general, pero Honeywell produce la turbomáquina.
El Pentágono dijo también que Lockheed Martin había encontrado una fuente alternativa de la aleación para futuras entregas. La empresa informó voluntariamente sobre el incumplimiento y se está realizando una revisión para determinar cómo sucedió. El Pentágono no reveló cuántas entregas de aviones se retrasaron ahora o cuántos tenían la aleación china. La compañía tiene programado entregar hasta 153 F-35 en 2022, aunque sólo ha entregado 88 hasta ahora.
El descubrimiento de la aleación china no afectó a las operaciones de vuelo que ya están en servicio, dijo la Oficina del Programa Conjunto.