Airbus Defence and Space ha desarrollado una nueva tecnología que convierte el polvo lunar simulado (regolito) en oxígeno y metales. Este nuevo proceso se denomina Roxy y “podría revolucionar la exploración espacial humana”, aseguran desde la compañía.
Airbus ha trabajado con científicos del Instituto Fraunhofer de Tecnología de Fabricación y Materiales Avanzados IFAM (Dresden, Alemania), Boston University (Massachusetts, EEUU) y Abengoa Innovación (Sevilla, España) para llevar a cabo este proyecto.
“Este avance es un gran salto hacia delante, acercándonos aún más al santo grial de poder mantener una vida sostenible a largo plazo en la Luna”, dijo Jean-Marc Nasr, responsable de Airbus Space Systems. “Roxy es la prueba positiva de que la colaboración entre la industria y los científicos líderes en el mundo puede generar enormes beneficios tangibles que continuarán ampliando los límites de la exploración futura”, explica Nasr.
Después de dos años de desarrollo, el avance se produjo el mes pasado. Durante una serie de pruebas de laboratorio en Fraunhofer IFAM, se extrajo oxígeno de una muestra de polvo lunar simulado. Es un pequeño paso, pero abre el camino hacia un sistema operacional. El oxígeno es indispensable para todas las actividades espaciales humanas, y este nuevo método de producción Roxy, que utiliza directamente el polvo lunar, podría revolucionar las actividades humanas en la superficie lunar.
Roxy permite el diseño de una instalación de conversión de regolito a oxígeno y metales pequeña, simple, compacta y rentable y, por lo tanto, ideal para apoyar una amplia gama de futuras misiones de exploración. Al no requerir materiales o consumibles adicionales de la Tierra, excepto el propio reactor Roxy, éste podría ser el corazón de una cadena de valor integrada que utilice la fabricación por capas aditivas para producir una panoplia de productos «Made on the Moon». Estos podrían incluir metales, aleaciones y oxígeno. Combinado con hielo lunar, incluso sería posible producir combustible para cohetes a partir de polvo metálico Roxy.
En la Tierra, Roxy abre un nuevo camino para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero que resultan de la producción de metales. Con las tecnologías actuales, la producción mundial de metales causa un grave impacto ambiental. La fabricación de acero representa aproximadamente el 5% del total de las emisiones globales de CO2. Muchos metales se obtienen mediante procesos que emiten cantidades significativas de perfluorocarbonos (PFC) nocivos para el medio ambiente. Dado que ROXY es esencialmente un proceso libre de emisiones, estos impactos ambientales podrían reducirse, proporcionando una contribución significativa a los objetivos de sostenibilidad de la ONU, otro ejemplo de cómo las tecnologías espaciales pueden mejorar la vida en la Tierra.