Zaragoza.- El A400M del Ejército del Aire completó la pasada semana su primera participación en una misión internacional. Voló desde su base en Zaragoza hasta la Base Aérea de ämari, en Estonia para repatriar gran parte del material del destacamento ámbar.
Se trata de la primera misión internacional de muchas, que a lo largo de las próximas décadas, llevarán a cabo, probablemente, estos gigantescos aviones de transporte ensamblados en la factoría sevillana de San Pablo.
El Destacamento ámbar ha garantizado la seguridad del espacio aéreo de los Países Bálticos desde el pasado 1 de mayo, por mandato de la OTAN. Los cinco F-18 del Ala 15 regresaron el miércoles también a su base de Zaragoza.
El jueves llegaron los hombres y mujeres que componían el Destacamento. Pilotos, mecánicos, armeros y el resto de aviadores ya están en casa disfrutando del merecido descanso tras cuatro meses tan lejos de sus hogares.
Después de 254 misiones y 586 horas de vuelo, la misión está cumplida.