Madrid.- El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) no parece pasar por el mejor momento de su historia. Además del demoledor informe del Tribunal de Cuentas, del que ya nos hicimos eco en estas páginas, la propia dirección del Instituto ha expuesto a los sindicatos la grave situación económica por la que atraviesa actualmente.
Su director general, Jaime Jesús Denís Zambrano, convocó el pasado 31 de mayo a los representantes de los sindicatos CC OO, UGT, CSI-CSIF y USO para darles a conocer la precaria situación del Instituto, “que pasa por la notable reducción de las partidas presupuestarias que venimos sufriendo en los últimos años”, según confesó a sus interlocutores.
El INTA es el Organismo Público de Investigación del Ministerio de Defensa, especializado en la investigación y desarrollo tecnológico aeroespacial. Cuenta con unos 1.230 empleados públicos -funcionarios y laborales-, de los que más de la mitad -720 en el año 2010, según la web oficial de la empresa filial- corresponden a Ingeniería y Servicios Aeroespaciales (INSA), una compañía 100% perteneciente al INTA, que opera en el ámbito de los servicios e ingeniería aeroespacial.
La preocupación de los reunidos el pasado 31 de mayo era garantizar las nóminas de los empleados del INTA y de INSA para el año en curso, así como la continuidad de los programas de investigación actualmente en desarrollo. Concretamente, el Programa Nacional de Observación de la Tierra (PNOT), que el INTA desarrolla en colaboración con la Nasa y la Agencia Espacial Europea (ESA). “El PNOT se lleva un buen mordisco del presupuesto”, según dijo el director general a los sindicatos.
Conforme a estas mismas fuentes, Denís Zambrano confesó que si cuando él llegó al INTA, hace dos años, las transferencias corrientes del Ministerio de Defensa dedicadas al pago de gastos de personal era de 41 millones de euros, en la actualidad, esa cuantía se ha reducido casi en un 30%, exactamente, a 29 millones de euros. Para atender al 100% del coste del Capítulo 1 de gastos de personal en 2009 tuvieron que echar mano de 9 millones de euros de la partida de Operaciones Comerciales, mientras que en este año la cantidad que habrá de dedicarse para atender los gastos de personal será de 20 millones de euros, “prácticamente, la totalidad de lo presupuestado para el concepto de operaciones comerciales”, indicaron fuentes sindicales.
“Pero, ¿Y si no se consiguen esos 20 millones de euros, cómo se hará frente al pago de las nóminas?”, se preguntan los sindicatos. Y aún más: “Y para el próximo año, ¿quién garantiza los millones necesarios, sin saber si los tendremos presupuestados?” “Si para pagar las nóminas es necesario echar mano de las operaciones comerciales, cómo garantizar aquellas, si en la actualidad éstas -las operaciones comerciales- están en retroceso debido a que la situación económica afecta a entidades y organismos que proveen de actividad externa al INTA?”
Fuentes conocedoras de la situación del Instituto explican que éste “se encuentra sumido en un estado de parálisis debido a la gestión que se ha venido haciendo en los últimos años”. Aseguran que “el sector público español de la aeronáutica es una ruina debido a que el Ministerio de Defensa no ha controlado su funcionamiento con demasiada rigurosidad. Los autónomos que trabajan para el organismo no están cobrando sus facturas y amenazan con interponer demandas. Una situación que algunos trabajadores definen como ‘desesperante’, teniendo en cuenta que el INTA había estado siempre a la vanguardia de la aeronáutica europea”. Desde hace más de dos años hay empresas que esperan recibir el número de pedido para poder cobrar los servicios prestados, según confirman en el propio Instituto.
El director general reconoció a los sindicatos que “vino al INTA con la misión de solventar las 350 irregularidades que el Tribunal de Cuentas había incluido en su informe de conclusiones”. El sindicato de funcionarios CSI-CSIF acusa al actual director general de “estar encantado consigo mismo”, porque sólo quedan 15 irregularidades por resolver. “Pero a cambio ha desatendido las misiones de dirigir el Instituto, velar por los intereses del mismo y por mantener los presupuestos en la forma que fueron aprobados en la Ley de Presupuestos. Esta situación le ha explotado en las manos y creemos que debe asumir la responsabilidad de la situación a la que nos vemos abocados”.