“Este incidente nunca debería haber sucedido y no puede volver a suceder”, ha comunicado este jueves la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU, a propósito de la investigación abierta tras el percance del B737 MAX-9 de la compañía Alaska Airlines.
La FAA notificó formalmente a Boeing que está llevando a cabo una investigación para determinar si Boeing no garantizó que los productos terminados cumplieran con su diseño aprobado y estuvieran en condiciones de operar de manera segura de conformidad con las regulaciones de la FAA.
Esta investigación es el resultado de un incidente en un Boeing Modelo 737-9 MAX donde perdió una puerta de pasajero tipo “enchufe” y discrepancias adicionales. Las prácticas de fabricación de Boeing deben cumplir con los altos estándares de seguridad que legalmente deben cumplir.
“La seguridad del público que vuela, no la velocidad, determinará el cronograma para que el Boeing 737 MAX-9 vuelva a estar en servicio”, asegura la FAA.
Dos días antes, la FAA había ordenado que todos los Boeing 737 MAX-9 con puerta de enchufe permanecerán inmovilizados hasta que la FAA determine que pueden volver a operar de manera segura. “Para comenzar este proceso, Boeing debe proporcionar instrucciones a los operadores para las inspecciones y el mantenimiento”, indicó el regulador aeronáutico norteamericano.
Boeing ofreció una versión inicial de las instrucciones que ahora están revisando debido a los comentarios recibidos en respuesta. Al recibir la versión revisada de las instrucciones de Boeing, la FAA llevará a cabo una revisión exhaustiva.