Estrasburgo.- El Parlamento Europeo ha superado sus reticencias iniciales al imponer una serie de exigencias para la implantación de los escáneres corporales en los aeropuertos. Por amplia mayoría aprobó la resolución elaborada por el eurodiputado español del PP, Luís de Grandes, para determinar qué exigencias deberán cumplir los escáneres de seguridad.
Para empezar, se trata de aparatos que “no muestran el cuerpo humano”, sino una figura estándar, una imagen que no podrá ser almacenada una vez pasado el control de seguridad. Los pasajeros tendrán “derecho de rechazar” su paso por un escáner de estas características, aunque habrán de someterse a otras formas de control alternativas.
La resolución aprobada por los europarlamentarios no se pronuncia sobre el tipo de tecnología que debe utilizarse pero determina que los escáneres de seguridad no podrán tener efecto alguno sobre la salud de los pasajeros.
Los avances tecnológicos han permitido que los eurodiputados hayan podido aprobar en esta ocasión su uso si las nuevas máquinas se ajustan a una serie de condiciones. «Ahora existen modelos que suponen un valor añadido en términos de seguridad para los pasajeros sin que al mismo tiempo perjudiquen a su salud ni a sus derechos fundamentales», ha explicado Luís de Grandes, quien recalcó que el objetivo del Parlamento Europeo ha sido, tanto en 2008 cuando rechazó su utilización como ahora, «garantizar el máximo nivel de seguridad a los ciudadanos pero no a cualquier precio».
«Los sistemas actuales no son aquellos que se suelen ver en las noticias o periódicos, por los detractores de los escáneres. Los sistemas que se proponen no muestran el cuerpo humano sino una figura estándar, un muñeco, una fotografía del pasajero tal y como va vestido o simplemente un OK en verde cuando el pasajero pasa sin saltar la alarma», ha señalado en el pleno.
La resolución del Parlamento Europeo no se pronuncia sobre el tipo de tecnología que debe utilizarse pero determina que los escáneres de seguridad ni podrán tener efecto alguno sobre la salud de los pasajeros -es decir, que no podrán ser de rayos X- ni podrán procesar, reproducir o almacenar imágenes de la persona. La tecnología de rayos X queda reservada para la carga o las maletas.
En cualquier caso, la resolución estipula que cualquier pasajero estará en todo momento en su derecho de rechazar su paso por el escáner, aunque en ese caso deberá someterse a otros controles de seguridad alternativos, que pueden ser más lentos, complicados o incómodos. La información al pasajero y la mejor formación de los agentes de seguridad son otros dos de los requisitos esenciales que fija la Eurocámara. «Es esencial que se facilite por adelantado a los pasajeros información sobre el tipo de controles y sobre sus alternativas», explicó el eurodiputado del PP.