Moscú.- Los seis miembros de la tripulación de Mars500 -tres rusos, dos europeos y un chino- que protagonizan un vuelo simulado de ida y vuelta a Marte, cumplieron el pasado viernes un año de aislamiento en las instalaciones del instituto IBMP a las afueras de Moscú.
La tripulación en realidad no ha ido a ninguna parte en todo este tiempo, aunque en teoría han viajado hasta Marte y ya están en camino de vuelta a casa.
Los módulos de aislamiento reproducen hasta el último detalle de un viaje interplanetario, en la medida de lo posible sin abandonar la superficie de la Tierra. La ‘nave’ está compuesta de cuatro cilindros interconectados, con un volumen total de 550 metros cúbicos. Cada miembro de la tripulación tiene su propio camarote, y viven y trabajan siguiendo una rutina muy similar a la de los astronautas que se encuentran a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).
“Lo peor es la rutina diaria: cada día nos despertamos a la misma hora para realizar las mismas pruebas médicas con los mismos aparatos: no hemos tenido ni un día de vacaciones o un fin de semana en el último año”, escribe Romain Charles, uno de los dos integrantes europeos de la tripulación.
A finales del pasado mes de enero, la tripulación llegó simuladamente a la ‘órbita marciana’, donde les esperaba el ‘módulo de aterrizaje’ cargado de suministros (que en realidad era otro módulo conectado a las instalaciones principales).
Tras transferir los suministros a la nave principal, Diego Urbina, Wang Yue y Alexandr Smoleevskiy se mudaron al nuevo módulo en el que iniciarían el ‘descenso’ hasta la superficie marciana. Durante su estancia en el Planeta Rojo realizaron tres paseos espaciales, utilizando trajes rusos Orlan, en el interior de una gran cúpula decorada como si fuese la superficie de Marte. En estos paseos recogieron muestras del terreno, instalaron experimentos científicos y exploraron el entorno con un rover, imitando las actividades que algún día tendrán que realizar los primeros astronautas que lleguen al verdadero Planeta Rojo. Tras conquistar la superficie de Marte, el trío ‘voló’ de vuelta a la nave interplanetaria, reuniéndose de nuevo con el resto de la tripulación para comenzar el largo viaje de vuelta a casa el pasado día 2 de marzo.
La tripulación de Mars500 ‘regresará’ a la Tierra el día 5 de noviembre, cuando la escotilla de los módulos de aislamiento se abra de nuevo. Sin embargo, su misión se prolongará unas cuantas semanas más, repletas de pruebas médicas y reuniones para discutir los resultados de este inusual experimento.
El mayor problema de las futuras misiones de exploración interplanetaria no son necesariamente los aspectos tecnológicos, sino los humanos, como la interacción entre los miembros de la tripulación en un entorno tan hostil. El principal objetivo de la misión Mars500 es precisamente el estudio de estos factores.