Madrid.- Con relación al accidente de un avión de Spanair ocurrido en agosto de 2008 en el aeropuerto madrileño de Barajas y en el que murieron 154 personas, el titular del juzgado de Instrucción número 11 de los de Madrid, que investiga el caso, ha citado a declarar a partir del próximo día 20 como nuevos imputados a tres jefes de área de la compañía.
Se trata del jefe de turno de los mecánicos que repararon el avión, el jefe de la división de mantenimiento y el jefe del servicio de calidad. Según el juez, los tres podrían ser corresponsables de los hechos por los que ya están imputados dos técnicos de mantenimiento: 154 delitos de homicidio imprudente y 18 delitos de lesiones imprudentes. Así pues, ya son 5 los imputados en la causa.
El juez Javier Pérez ha estimado parcialmente el escrito de la Asociación de Víctimas en el que pedía la imputación de cuatro jefes de área de Spanair. A raíz del informe elaborado por un perito francés experto en siniestros aéreos, que expone las malas condiciones en las que trató de despegar el avión siniestrado, los afectados entienden que los cuatro jefes denunciados tienen responsabilidad en lo ocurrido. El magistrado ha hallado indicios de responsabilidad penal en la conducta del jefe de turno de los dos mecánicos que repararon el avión porque convalidó tal reparación. Y respecto a los jefes de mantenimiento y de servicio, el juez estima que, por omisión de una formación adecuada a los técnicos de mantenimiento, pudieron haber contribuido a la producción del siniestro. Pero, al parecer, descarta la responsabilidad del cuarto jefe denunciado.
Para el Juzgado, el accidente del MD 82 que acabó con 154 vidas pudo producirse porque las alas no estaban configuradas para el despegue: las aletas dan sustentación y los flaps y slats, no estaban desplegados. Y el sistema de alerta no avisó al piloto. Con esta tesis, el magistrado imputó ya a dos mecánicos y al responsable de mantenimiento de Spanair por homicidio y lesiones imprudentes. Los imputa porque son los profesionales que revisaron la aeronave después de que el piloto abortara su primer despegue el 20 de agosto. Solucionaron una avería de la sonda de temperatura pero no advirtieron que el avión estaba configurado como si estuviera en vuelo y no para despegar y fue por eso por lo que el sistemas de alarma no se activó. Fueron las primeras conclusiones judiciales en base al informe de la comisión de investigación de Fomento, pero también decidió crear una nueva comisión paralela, formada por pilotos, ingenieros aeronáuticos y mecánicos, cuyo informe ha sido entregado recientemente.