Madrid.- Los datos recogidos por las boyas lanzadas en el océano por la expedición científica española Malaspina servirán para mejorar los mapas globales de salinidad que actualmente se elaboran con la información obtenida desde el espacio por el satélite SMOS, de la Agencia Espacial Europea (ESA).
La expedición Malaspina es un proyecto multidisciplinar liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para estudiar el impacto del cambio global y la biodiversidad del océano. Los científicos han lanzado desde el buque Hespérides frente a la costa brasileña una de las 20 novedosas boyas diseñadas para medir la salinidad a 50 centímetros de la superficie
Las 20 boyas, diseñadas por investigadores del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC), en Barcelona, son capaces de medir temperatura y salinidad en la superficie con gran precisión y mientras se desplazan con la corriente. Cada una de ellas se encargará de transmitir por satélite toda esta información durante aproximadamente dos años.
Los científicos utilizarán los datos obtenidos en el océano para mejorar los actuales métodos que transforman las medidas del satélite en salinidad, una variable para entender el papel regulador del océano sobre el clima de la Tierra. “La mayoría de las boyas que operan actualmente toman sólo datos por debajo de los 5 o 10 metros para evitar la posible contaminación de los sensores por suciedad superficial. Por eso, apenas existen registros de salinidad tan cerca de la superficie”, explica el investigador del CSIC Jordi Font, coordinador de esta parte del proyecto.
La información de las boyas servirá para que varios equipos internacionales de investigadores validen y mejoren los datos tomados por el satélite SMOS. Desde noviembre de 2009, este satélite de la ESA mide la humedad de la superficie terrestre, explora la salinidad de los océanos y realiza mapas globales con esta información.