Moscú.- La principal causa del accidente aéreo en el que falleció el presidente polaco Lech Kaczysnski en el pasado mes de abril fue la decisión fatal de los pilotos de aterrizar “presionados” en condiciones de poca visibilidad, en vez de ir a un aeródromo de reserva, según las conclusiones de la investigación del Comité Intergubernamental de la Aviación de Rusia (IAC).
Los pilotos del avión en que murió el presidente polaco recibieron fuertes presiones psicológicas para aterrizar pese a la niebla, indica el informe oficial ruso, según el cual, el comandante de la aeronave temía una fuerte reacción adversa de Kaczysnski si le decían que el Tupolev en el que viajaban no podía aterrizar en la ciudad rusa de Smolensk. “Esta tensión psicológica presuntamente se debió al temor de los pilotos ante la posible reacción negativa del ñasajero número uno a la decisión de ir a un aeropuerto de reserva”, expresa el informe.
Una de las evidencias que esgrime el informe final es la presencia de oficiales polacos de alto rango en la cabina de los pilotos, a los que además se les detectó en la sangre presencia de alcohol. En el accidente murieron los 97 ocupantes del aparato que se dirigía a las ceremonias por el 70 aniversario de la matanza de 22.000 soldados polacos prisioneros del ejército ruso a manos de la policía secreta soviética durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante la rueda de prensa, los representantes del IAC señalaron que la tripulación del avión presidencial de Polonia no había recibido información sobre las malas condiciones meteorológicas en el aeropuerto de destino antes de salir de Varsovia. No obstante, durante el vuelo, la tripulación de otro avión polaco -que había aterrizado en el aeródromo militar ruso Séverni unas horas antes- advirtieron a los pilotos del Tu-154 presidencial de la densa nubosidad, la niebla y la poca visibilidad en el aeropuerto de destino.
Los datos del informe señalan que el comandante del avión presidencial no tenía la preparación suficiente para realizar un aterrizaje en malas condiciones meteorológicas. Según los datos de los investigadores, el comandante de la aeronave realizaba el aterrizaje en régimen automático, lo que suponía un mayor riesgo, dadas las condiciones. El controlador aéreo ruso dio permiso de descender hasta una altura de 100 metros. Al alcanzar la altura de 100 metros, que es la altura de la toma final, sin conseguir el contacto visual con las luces del aeródromo,el avión prosiguió el descenso, en vez de intentar una segunda vuelta. El jefe del IAC insistió en que la última maniobra que intentó realizar el comandante del avión no fue resultado de una decisión de ir a una segunda vuelta, sino un intento de esquivar un obstáculo que vio a una altura de 20 metros.
El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, interrumpió ayer sus vacaciones y regresó a Varsovia donde ha convocado para hoy una rueda de prensa sobre el informe presentado ayer en Moscú por el IAC.