Madrid.- Dos mesas redondas sobre innovación y retos tecnológicos constituyeron el eje central de la Asamblea General de la Plataforma Aeroespacial Española (PAE) celebrada el pasado martes en Madrid y en la que hicieron balance de los cuatro años de su existencia.
La Plataforma Aeroespacial Española (PAE) nació con la misión de elaborar la Agenda Estratégica de Investigación Aeroespacial y servir de órgano asesor a entidades públicas y privadas en el desarrollo del sector aeroespacial. La Agenda, ya concluida, define la situación actual del sector y los retos del futuro con vistas al año 2020 y plantea una hoja de ruta adecuada a sus necesidades actuales.
Con el objeto de hacer balance del progreso de las áreas declaradas como prioritarias y bajo esta premisa se reunieron los socios de la PAE en el Salón de Actos de la ETSI Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid.
El presidente de la Plataforma, Julián García Vargas, inauguró la asamblea esperando que la misma “tenga utilidad en esta nueva etapa y que sea un instrumento positivo para la industria”.
Socios de esta plataforma tecnológica son: la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio (TEDAE); la Asociación Española de Empresas del Sector Espacial (ProEspacio); el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) del Ministerio de Ciencia e Innovación; la Dirección General de Transferencia de Tecnología y Desarrollo Empresarial de ese mismo ministerio; el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA); la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) ambas pertenecientes al Ministerio de Defensa; la Dirección General de Industria del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y la entidad pública empresarial Aena, del Ministerio de Fomento.
Miguel ángel Llorca, secretario general de la PAE, fue el encargado de moderar las dos mesas redondas que se plantearon a los asistentes. La primera, de aspectos más generales, versó sobre SESAR, la aeronáutica y el medioambiente, y el programa INNPACTO del Ministerio de Ciencia e Innovación.
De la base tecnológica para el Cielo único Europeo, como se define SESAR, habló Jose Antonio Calvo, explicando sus objetivos, quiénes son sus miembros y cuáles son sus proyectos más destacados para 2012 entre lo que se encuentra la torre de control remota para “dar una flexibilidad al sistema que ahora no tiene” y las iniciativas Optimi y Aire, encaminadas a un mayor nivel de automatización y de sincronización.
Cómo gestionar el impacto del transporte aéreo en el medio ambiente es uno de los temas más candentes del sector ya que las emisiones de CO2 contribuyen al efecto invernadero; la aviación lo hace con alrededor de un 3,5%, pero el transporte aéreo constituye más de un 90% del total (el resto proviene de la aviación deportiva y militar). Por ello, Arturo Benito, profesor de la ETSI Aeronáuticos y experto en este área explicó que “cada vez son mayores las exigencias de las autoridades aeronáuticas en este terreno y uno de los objetivos de la OACI será crear un proceso de certificación de tipo del CO2 para 2013”.
María Luisa Castaño, del Ministerio de Ciencia e Innovación, cerró la primera mesa redonda exponiendo la Estrategia Estatal de Innovación y los programas de I+D+i como INNPACTO que “pueden suponer una oportunidad para este sector a la hora de conseguir financiación para proyectos de carácter innovador”.
Los retos futuros y las áreas prioritarias en aeronáutica y espacio en las que ha trabajado la PAE mediante sus grupos de vigilancia tecnológica constituyeron el objeto del segundo debate. Los materiales compuestos, las cargas de pago de comunicaciones espaciales y las pilas de combustible fueron los temas abordados.
El desarrollo de los materiales compuestos ha sido espectacular en las tres últimas décadas. Estos se emplean de manera creciente en las estructuras aeronáuticas de la aviación comercial por sus mejores propiedades mecánicas, de resistencia, de corrosión y de fatiga y por poder reproducir geometrías complejas mejorando la capacidad aerodinámica del avión. Además, este tipo de materiales, como es la fibra de carbono se utilizan en lanzadores y satélites. Silvia Lazcano, de Airbus, señaló como puntos débiles de este campo “la poca disponibilidad de personal formado específicamente en materiales compuestos o la escasa inversión en I+D” que han sido detectados por el grupo de vigilancia tecnológica que se encarga de dichos materiales.
Carlos Montesano, de EADS CASA Espacio, inició su intervención recordando que el espacio “es uno de los sectores estratégicos, donde cada euro invertido retorna en mayores beneficios y a pesar de ser un sector pequeño tiene gran impacto a nivel tecnológico y de imagen de un país”. En cuanto a las cargas de pago de las comunicaciones espaciales afirmó que “se dispone en España de capacidades para realizar cargas útiles avanzadas, aunque no se haya realizado aún ninguna íntegramente y el objetivo próximo es aumentar la flexibilidad, la capacidad y la eficiencia de los satélites”.
La aplicación a la aeronáutica y al espacio de las pilas de combustible fue la última cuestión que se tocó en la asamblea Antonio González, mostró el proyecto Avizor en el que está inmerso el INTA. Consiste en sustituir en los vehículos aéreos no tripulados para misiones de vigilancia y observación (SIVA) el sistema de propulsión convencional por uno basado en pilas de combustible tipo PEM (Proton Exchange Membrane), con las consiguientes ventajas: baja detectabilidad, alta disponibilidad, alta eficiencia, bajos niveles de mantenimiento y bajos niveles de contaminación.
Eva Martínez, responsable del Departamento Aeroespacial, de Seguridad y Transporte del CDTI, clausuró la Asamblea General de la Plataforma Aeroespacial Española. Definió esta última como “centro de encuentro y de discusión de los actores implicados en el sector, que permite aunar esfuerzos y elaborar documentos de referencia para el trabajo de la Administración” e instó a “seguir trabajando para redactar una nueva versión de la Agenda Estratégica de Investigación Aeroespacial”.