Madrid.- Los accionistas de las compañías aéreas Iberia y British Airways confirmaron ayer la fusión entre las ambas empresas. Sus Juntas, reunidas ayer en Madrid y Londres, respectivamente, aprobaron la operación, que dará lugar a uno de los grupos más potentes del sector aéreo.
Se trataba del último requisito necesario para llevar a cabo la fusión. A partir de ahora, y hasta que las acciones de International Airlines Group (IAG) comiencen a cotizar a finales de enero, quedan por completarse una serie de procesos administrativos de carácter puramente formal.
Las aerolíneas confían en obtener unas sinergias anuales de 400 millones de euros a partir del quinto año de la fusión. IAG será una compañía española con residencia fiscal en España y la mayoría de las reuniones de su Consejo de Administración y todas sus Juntas de Accionistas se celebrarán en Madrid. Su sede financiera y operativa estará en Londres.
“Estamos muy satisfechos de que los accionistas hayan dado su visto bueno a la fusión entre Iberia y British Airways. Se trata sin duda de un acuerdo histórico, que creará un grupo global que lidere un futuro proceso de consolidación. Es una operación muy beneficiosa para todos ellos porque aportará mucho valor al negocio de las dos aerolíneas y permitirá alcanzar unas importantes sinergias”, dijo Antonio Vázquez, presidente de Iberia.
Esta mañana en el Hotel Intercontinental de Madrid Antonio Vázquez y Willie Walsh, consejero delegado de British Airways, comparecerán ante los medios para explicar la operación.
El pasado 29 de junio, los consejos de administración de Iberia, BA Holdco e IAG ya suscribieron el proyecto común de fusión, mediante el cual ésta última absorberá a ambas compañías, si bien la ejecución estaba sujeta a la aprobación por parte de la Comisión Europea, ya recibida en julio, y a la de sus respectivas juntas de accionistas.
Internacional Airlines se convertirá en el tercer grupo aéreo europeo, por detrás de Lufthansa y Air France-KLM, y en el sexto del mundo, con una facturación aproximada de 15.000 millones de euros, una flota de 408 aviones y 200 destinos de vuelo.
Según el acuerdo vinculante que fija las bases para la fusión, aprobado por los consejos de administración de ambas aerolíneas, la ecuación de canje será del 45% para la española y del 55% para la aerolínea británica.
El coste de la operación alcanzará los 350 millones de euros y se espera que genere unas sinergias anuales de 400 millones de euros. La nueva compañía, cuyos accionistas serán los actuales de Iberia y British, tendrá como presidente a Antonio Vázquez, mientras que Willie Walsh será el consejero delegado.
Los accionistas de BA recibirán una nueva acción ordinaria de IAG por cada participación ordinaria que posean de la aerolínea británica, mientras que los accionistas de Iberia recibirán 1,0205 nuevos títulos ordinarios por cada acción ordinaria que posean en la compañía española.
De esta forma, Caja Madrid pasará a controlar el 10,3% del accionariado de IAG y se erigiría en su primer accionista, por detrás de BA, con el 13,15% de la compañía española.
Iberia ya anunció a finales de septiembre que no ejercitará el derecho de resolución del contrato de fusión con BA, que se había reservado si el plan de cobertura de la británica y los administradores de sus fondos de pensiones -que acumulan un déficit de 3.700 millones de libras esterlinas (unos 4.100 millones de euros)- no era razonablemente satisfactorio.