Baikonur.- El proyecto «la Tierra en 3D» inicia su sprint final: en el puerto espacial de Baikonur, en Kazajstán, ultiman los preparativos previos al lanzamiento el próximo día 21 del satélite alemán de observación de la Tierra, TanDEM-X.
El satélite será lanzado hacia su órbita a 514 kilómetros de altitud mediante un cohete Dnepr. En el marco de las «operaciones combinadas» que ahora comienzan, el operador de servicios de lanzamiento Kosmotras se hace cargo de la integración de este satélite del líder espacial europeo, Astrium. En este momento se está integrando TanDEM-X en la punta del cohete, el llamado «Módulo Principal Espacial».
El proyecto TanDEM-X se está llevando a cabo en el marco de una sociedad público privada entre el organismo oficial alemán de investigación aeroespacial, DLR, y Astrium GmbH.
El objetivo principal de TanDEM-X es la elaboración de un modelo de elevación digital global.
La misión TanDEM-X (Complemento a TerraSAR-X para medición digital de la elevación del terreno) demuestra una vez más la competencia alemana, líder en todo el mundo, en tecnología radar a bordo de satélites. El objetivo primario de la misión es la captación en tres dimensiones de la totalidad de las masas terrestres, o dicho de manera más correcta, el registro de un modelo digital de alturas con una precisión jamás alcanzada hasta la fecha. Este satélite de observación de la Tierra de última generación ampliará considerablemente las aplicaciones científicas y comerciales en este área. Los dos satélites alemanes —TanDEM-X y el prácticamente idéntico TerraSAR-X, lanzado en 2007— conformarán el primer interferómetro radar de apertura sintética (SAR) en el espacio al volar en formación mientras mantienen una distancia entre sí de sólo unos cientos de metros. TanDEM-X ha sido diseñado para durar al menos cinco años, y su período de uso coincidente con TerraSAR-X se ha previsto que sea de al menos tres años.
En ese lapso de tiempo, volando en formación, el dúo hará una medición de la totalidad de la superficie terrestre del planeta (150 millones de kilómetros cuadrados). Si se usa una cuadrícula de 12 metros de lado, se alcanza así una información de alturas con una precisión absoluta superior a los dos metros. La ventaja específica de la topografía de la Tierra desde satélites, en contraste con los métodos que utilizan aviones, es que genera un modelo del terreno global, homogéneo, sin solución de continuidad en las fronteras nacionales ni faltas de homogeneidad causadas por el uso de métodos distintos de medición. El uso del radar desempeña un papel decisivo al respecto, pues puede operar con independencia de condiciones meteorológicas y de luz.
Los modelos digitales de elevación tienen una gran importancia en un amplio espectro de usos: las ciencias de la Tierra, como la hidrología, geología y oceanografía exigen informaciones precisas, actuales, sobre la constitución de la superficie del planeta. Las áreas de aplicación se extienden a una mayor eficiencia en la extracción de recursos minerales, pasando por una planificación optimizada de las misiones de ayuda en caso de crisis y de las de seguridad. Los mapas digitales también son un requisito indispensable para una navegación fiable: su precisión debe ir a la par con los más severos requisitos de los sistemas de posicionamiento global.