Madrid.- Aena pretende recortar los millonarios sueldos de los controladores aéreos, incrementar el bajo índice de productividad del que adolecen y reducir los costes de navegación en 500 millones de euros, según anunció la directora de Navegación Aérea, Carmen Librero, en el IV Foro de Cooperación con los Usuarios de los Servicios de Aena.
En opinión de Librero, “ése es el único camino para sobrevivivir” y para ello es necesario transformar el vigente convenio colectivo de los controladores, cuya primera prórroga concluyó hace ya cinco años y que «impide» cualquier modificación estructural o cambios en el sistema de gestión que «imposibilitan» incrementar el índice de productividad.
Aena cuenta con un colectivo de más de 2.300 controladores con un salario medio de 350.000 euros al año. En el pasado ejercicio, los costes de navegación alcanzaron los 800 millones de euros, de los que el 70% correspondieron al pago de los salarios de los controladores.
Según datos del gestor aeroportuario correspondientes al año 2007, el coste por hora de un controlador español era exactamente el doble de la media de los controladores europeos, un 50% más que los alemanes, casi el 100% más que italianos y británicos y un 145% más que los franceses. Recientemente, el presidente de Aena, Juan Ignacio Lema, denunció en el Senado que los controladores españoles cobraban el triple que los británicos trabajando menos de la mitad. «No somos competitivos», admitió Lema. A decir del presidente, la renovación del convenio está resultando imposible por la postura «inamovible» de los sindicatos.
Según la directora de Navegación Aérea, el trabajo que soporta actualmente el colectivo de controladores no supera el 30% de la ocupación, por lo que Aena estudia los cambios de turno oportunos para mantener los niveles laborales suficientes para mantener el servicio reduciendo las horas extras. «Las personas se acostumbran a una determinada manera de trabajar y cambiar es complicado pero o empresa y sindicatos lideramos este proceso de transformación o nos cambiarán porque no hay otra salida en Europa», concluyó.