Quito.- La Universidad UTE de Ecuador volverá al espacio con un nuevo proyecto de nanosatélites en alianza con la Universidad Estatal del Suroeste de Rusia (UESOR). Tras el exitoso lanzamiento del primer nanosatélite, en julio de 2017, ambas universidades se encuentran desarrollando un nuevo proyecto para colocar dos dispositivos en órbita.
El otoño pasado, varios jóvenes ecuatorianos especializados en la creación de nanosatélites viajaron a Rusia para desarrollar este proyecto que deberá entrar en órbita en el mes de junio de 2019, según comenta la universidad rusa.
El proyecto, denominado UTE-UESOR 2019, es tres veces más grande que su antecesor. Cada uno de los estudiantes desarrolló un proyecto de investigación pensado para acoplarse en la estructura de 30 cm x 10 cm del dispositivo. Así, se presentó un sistema de estabilización para el satélite en el espacio, basado en sensores de posición y micromotores que permiten ajustar su movimiento sobre la marcha.
Además, se creó un sistema de detección mediante el uso de láser para monitorear la presencia de basura espacial. Este tipo de sensores permitirán alertar a otras misiones de la presencia de objetos que pudieran comprometer la integridad de sus piezas durante su travesía espacial.
Otro de los proyectos presentado consiste en un espectrómetro que permitirá detectar la presencia de gases de efecto invernadero y medir la cantidad de dióxido de carbono existente en la atmósfera.
Aunque los proyectos presentados no estarán acoplados al satélite, los estudiantes desarrollaron sus ideas y las materializaron en los laboratorios de Rusia, bajo los parámetros de una misión real. Su viabilidad ha sido analizada en Rusia y se evalúa la posibilidad de incluir estos módulos en próximos lanzamientos.
Fausto Freire, director del proyecto, explica que el nuevo satélite se construyó de forma similar al primero fabricado por la universidad ecuatoriana. Su estructura principal es de aluminio de grado de construcción de naves aeronáuticas, mientras que las paredes son los paneles solares que alimentarán la batería. Internamente todo será de electrónica especializada, probada para soportar presiones, vibraciones, aceleraciones propias del inhóspito ambiente existente en el espacio exterior, asegura el periódico El Comercio.
“Para nosotros es importante seguir profundizando en el área de la tecnología espacial. El futuro del ser humano es el espacio y debemos empezar a pensar y trabajar en este objetivo. Es primordial como una visión a futuro, ganar experiencia y formar nuevas generaciones”, comentó Freire.