Londres.- Un par de drones sobrevolando las proximidades del segundo aeropuerto de Londres ha obligado a cerrar la terminal durante, al menos dos días “en lo que parece ser un intento deliberado de interrumpir los vuelos”, según calificaron en su comunicado los responsables de Gatwick, tras lamentar que el cierre haya afectado a más de 100.000 viajeros en fechas tan señaladas como las vísperas de Navidad.
La policía confirmó que los vuelos de drones eran un "acto deliberado para interrumpir la actividad del aeropuerto", pero que "no había absolutamente ningún dato que pudiera relacionar estos vuelos con el terrorismo". Un helicóptero policial sobrevoló este jueves el aeródromo mientras se buscaba en tierra a los operadores de los aviones no tripulados.
El caos se apoderó del aeropuerto después de que la pista fuese cerrada a últimas horas de la tarde del miércoles suspendiendo aterrizajes y despegues y desviando vuelos a otros aeropuertos, incluidos los de París y ámsterdam. Se estima que unos tres millones de pasajeros pasan por este aeropuerto durante la actual temporada de vacaciones navideñas.
“Estamos extremadamente decepcionados de que esto afecte a los pasajeros, especialmente en una época tan importante del año. Estamos priorizando el bienestar de quienes se encuentran en el aeropuerto al implementar personal en nuestras terminales para cuidar de las personas lo mejor que podamos”, señalaba el aeropuerto en su comunicado.
Chris Woodroofe, director de Operaciones del aeropuerto, señaló la incertidumbre sobre la hora de apertura de la pista dado que permanecía aún la presencia de drones en las proximidades por lo que sentía que los 110.000 viajeros que tenían previsto llegar este jueves a Gatwick o despegar desde el aeropuerto no pudieran hacerlo.
En los últimos años, los pilotos de aviones comerciales han informado de numerosos acercamientos de drones a aeronaves de pasajeros en Gran Bretaña y las autoridades de aviación han advertido del riesgo creciente de que una colisión en el aire pueda causar un gran desastre.
Las fuertes ventas de drones han provocado repetidas advertencias sobre una posible amenaza para la aviación comercial. Gran Bretaña ha endurecido sus leyes sobre drones, y volar uno dentro de un radio de un kilómetro de un aeropuerto conlleva una pena de hasta cinco años de cárcel. Pero los políticos de la oposición acusan al gobierno de no hacer lo suficiente, señalando que un sistema de registro con controles de seguridad para los operadores de drones no entraría en vigor hasta noviembre.