Madrid.- La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), reunida en Chengdú (China), ha seleccionado la propuesta de Indra para integrar el tráfico aéreo convencional, ya de por sí complejo y congestionado, con el enorme número de drones de todo tipo que aguardan a desembarcar en las ciudades y ocupar el espacio aéreo en los próximos años.
La compañía ha expuesto su visión en el Simposio Drone Enable 2 que ha reunido en China a la industria mundial de la aviación sobre un reto de enorme envergadura para el que autoridades, industria y proveedores de servicios de navegación buscan respuesta urgente. Esta propuesta, presentada por la ingeniera Patricia Hervías, fue seleccionada entre medio centenar de respuestas enviadas por empresas, centros de investigación y países de todo el mundo por ser “una de las que mejor enfocan y dan respuesta a este problema” desde “un enfoque no convencional”.
Para la compañía, el creciente número de drones con usos profesionales o recreativos hará que, en el corto plazo, resulte imprescindible contar con sistemas de control específicos para gestionar el tráfico de drones, sistemas que en el sector son conocidos bajo el nombre de Unmanned Traffic Management (UTM).
Estos sistemas monitorizarán, regularán el acceso al espacio aéreo y comprobarán que las aeronaves que vuelan de forma autónoma o controladas desde tierra por un piloto siguen sus planes de vuelo, respetan las reglas del aire o y no entran en conflicto con algún otro aparato.
El siguiente paso consistirá en abordar la integración de los sistemas UTM con los sistemas actualmente empleados para la gestión del tráfico aéreo convencional (sistemas ATM o Air Traffic Management).
Aunque en una primera fase ambos sistemas se desarrollarán independientemente, pronto será necesario incrementar de forma gradual el intercambio de información entre ellos, hasta alcanzar la integración completa. Conforme a la visión propuesta por Indra, este será un proceso dividido en cuatro fases, que concluirá cuando ambos tipos de aeronaves operen sin restricciones en el mismo espacio.
Aeropuertos y ciudades serán dos de las zonas más sensibles para la convivencia de las aeronaves tripuladas y no tripuladas, dado su carácter crítico para la seguridad. También las zonas afectadas por catástrofes o emergencias requerirán especial atención, dado que en ella operarán de forma indistinta un gran número de drones y aeronaves convencionales, realizando tareas peligrosas, a veces en condiciones de baja visibilidad, tal y como ocurre en el caso de la extinción de grandes incendios o rescates en el mar.
Para garantizar la protección de infraestructuras críticas, edificios oficiales o instalaciones militares será necesario disponer de avanzados sistemas antidrón, capaces de detectar la presencia de UAVs en zonas de vuelo restringido y tomar las medidas oportunas para contrarrestarlos.