Baikonur.- La ocupación de barrendero espacial apunta como una de las mejores salidas profesionales, al menos, destaca entre las mejor remuneradas, según indicó ayer ante los medios de comunicación en el cosmódromo ruso de Baikonur el presidente de la corporación rusa de ingeniería espacial Energía, Vitali Lopota.
Lopota, según recoge la agencia RIA Novosti, señaló que Rusia podría ganar para 2020 hasta 3.000 millones de dólares actuando como «barrendera» de chatarra espacial. La eliminación de «cada objeto de chatarra espacial cuesta hoy entre 20 y 50 millones de dólares», recordó Lopota añadiendo que Rusia, con las tecnologías espaciales que tiene, puede aspirar a una cuarta parte de este mercado.
En el espacio extraterrestre permanecen actualmente 1.200 piezas de chatarra que impiden colocar en la órbita nuevos aparatos, concretó Lopota. Pero no todos coinciden en esa apreciación. A finales de 2003 había unos 10.000 objetos catalogados. No obstante, se estima en más de 50.000 el número de piezas mayores de un centímetro vagando por el espacio.
Según la revista Nature, EEUU tiene fichados en la actualidad más de 9.000 objetos artificiales, con un peso total que supera las cinco toneladas. La mayor parte de estos aparatos se encuentran en mal estado y constituyen un gran riesgo para las misiones espaciales. Los científicos estiman que la cantidad de basura espacial mantendrá una evolución más o menos estable hasta el año 2055, pero a partir de entonces, el número de objetos peligrosos flotando se disparará de forma exponencial y salir hacia el espacio será una misión prácticamente imposible.
Para algunos observadores, la explosión de las fases superiores de los cohetes de lanzamiento supone la contribución más importante al problema de la basura espacial. Cerca de 100 toneladas de fragmentos generados durante aproximadamente 200 explosiones todavía están en órbita. La basura espacial se concentra más en órbita baja de la tierra, aunque algo se extiende hacia más allá de la órbita geoestacionaria.