Madrid.- Desde este miércoles se aplican en todos los aeropuertos del mundo donde despegan aviones hacia EE UU nuevos controles de pasajeros impuestos por el Gobierno norteamericano a las compañías aéreas.
La Enmienda EA 1546 o la circular SD 1544 de la TSA americana, según que la línea aérea sea extranjera o estadounidense, establece las nuevas normas a aplicar por las compañías que vuelan a EE UU.
A partir de este miércoles volar a los EE UU resulta un poco más complejo, ya que a los habituales controles de migración y aduana, se suma el chequeo de los equipos electrónicos. Tras una reciente disposición del gobierno de Donald Trump, ahora todas las aerolíneas del mundo que viajen hacia ese país deberán controlar las tablets, ordenadores, videojuegos, cámaras fotográficas, de vídeo y demás dispositivos electrónicos de sus pasajeros que superen el tamaño de un móvil.
Para los pasajeros que vuelan desde los aeropuertos españoles de Madrid, Barcelona o Málaga -únicos de los que despegan aviones hacia EE UU- esta normativa permite el transporte de aparatos electrónicos siempre que pasen el control final en puerta de embarque que se realizará de forma aleatoria y para los pasajeros seleccionados mediante lo que se denomina Equipo de Detección de Trazas y después de una inspección visual del estado del aparato.
Las inspecciones, según la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, las realizarán empresas de seguridad acreditadas por el Ministerio del Interior que han contratado las compañías aéreas y los vigilantes estarán formados de acuerdo a lo establecido en la normativa comunitaria y nacional para realizar inspecciones de seguridad en los aeropuertos.
Las empresas de seguridad privada actuarán bajo la supervisión de la Guardia Civil, que procederá, en su caso, a realizar ulteriores comprobaciones de seguridad. Si se determina que un dispositivo electrónico no es apto para volar, éste no podrá ser embarcado en la aeronave.
En algunos aeropuertos americanos las compañías escanean con sus equipos y si hay dudas se hace una contraprueba y, si después de todo, las dudas persisten, intervienen los efectivos de Seguridad y Policía. Se utilizan aparatos como aspiradores y también bayetas que, tras pasar por los dispositivos electrónicos , son escaneadas por el detector de explosivos.