Madrid.- Una treintena de estudiantes, participantes en el programa 4ºESO+Empresa de la Comunidad de Madrid, han estado tres días en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aérea y del Espacio (ETSIAE) conociendo cómo se forma un ingeniero aeroespacial y qué trabajos desempeña.
El programa 4º ESO+Empresa de la Comunidad de Madrid pretende acercar a los jóvenes aquellas profesiones que les resultan atractivas, integrándoles en un entorno de trabajo real y que esta experiencia les ayude a estar mejor preparados para tomar decisiones sobre su futuro académico y profesional.
La ETSIAE participa en este programa por tercera vez consecutiva y se constata que hay un gran interés por la profesión aeroespacial. Se han recibido un total de 169 solicitudes, lo que convierte a la ETSIAE en el segundo centro más demandado de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) para esta iniciativa.
Una treintena de estudiantes fueron seleccionados para acudir a la ETSIAE, procedentes de 9 colegios y 5 institutos de la Comunidad de Madrid. Para ellos, se diseñó un programa de actividades que les permitiera conocer mejor que la ingeniería aeroespacial es una profesión de carácter vocacional y “poliédrica” con muchas salidas profesionales. Un ingeniero aeroespacial diseña, opera y mantiene aeronaves; desarrolla motores aeroespaciales; controla los sistemas de aeronavegación; proyecta y explota aeropuertos, y contribuye al avance de la tecnología.
Por tanto, el Grado en Ingeniería Aeroespacial por la UPM, que se estudia en la ETSIAE y que habilita para la profesión regulada de ingeniero técnico aeronáutico, es una sola titulación que consta de cinco especialidades. En su paso por la ETSIAE, los estudiantes de 4ºESO+Empresa han podido conocer algunas de ellas.
En el Instituto de Microgravedad Ignacio Da Riva visitan el túnel de viento y les explican en qué consisten los ensayos de aerodinámica civil o los de aeroelasticidad de los puentes, para evitar el “efecto de resonancia” en estructuras. En el hangar, además de conocer los diferentes elementos de las aeronaves, se describe el comportamiento de las estructuras flexibles sometidas a cargas dinámicas, para que entiendan que la respuesta dinámica es distinta a la estática en todo tipo de estructuras y también las técnicas de análisis existentes para estudiar modos propios y resonancias.
En su paso por el laboratorio de materiales aeroespaciales aprenden que las diferentes partes del avión se fabrican de distintos materiales atendiendo a sus propiedades para buscar el que proporciona un mejor rendimiento con un coste aceptable y siempre prevaleciendo la seguridad. Al mismo tiempo, realizan ensayos de impacto, medidas de dureza y conocen los procesos que permiten modificar las propiedades de los materiales. Por otro lado, en el laboratorio de Química realizan un taller denominado “La Magia del Agua” para comprobar por sí mismos el comportamiento específico del agua en relación con su estructura química y sus propiedades.
También trabajan conceptos espaciales a través de dos actividades. En primer lugar, la actividad “Ingeniería Gráfica”, en la que comprenden los fundamentos geométricos y los aplican por medio de construcciones de entramados con palillos. Y en segundo lugar, el manejo del programa de diseño de estructuras aeronáuticas CATIA, en el que realizan sus propios diseños y materializan sus prototipos con una impresora 3D.
En cuanto a aviones, vieron dos extremos, el avión de papel y el dron. Aprenden los tipos de drones (más allá de los que se emplean para ocio y que están acostumbrados a ver) cuáles son sus aplicaciones profesionales, tanto civiles como militares. Y con la competición de aviones de papel comprueban la influencia del buen diseño (forma y superficie de las alas, distribución del peso para situar el centro del gravedad, etc.) para que el avión vuele de forma eficaz.
Los estudiantes han disfrutado de la experiencia e incluso la estancia se les “ha hecho corta”. El hecho de haber conocido tantas áreas distintas les ha permitido tener una “visión amplia y entender mejor cómo trabajan los ingenieros aeronáuticos”. Además, valoran positivamente que sean ingenieros del sector quienes les explicaran sus inquietudes pues “aporta una mayor credibilidad. Finalmente, de sus opiniones, se concluye que el programa ha cumplido el objetivo de la Escuela de fomentar vocaciones, pues la mayoría de ellos, se inclinan ahora a estudiar en el futuro en la UPM.