Madrid.- La ETSI Aeronáuticos ha acogido una jornada sobre SESAR2020, una iniciativa de modernización de la Gestión del Tráfico Aéreo europeo en la que participan activamente los investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Organizada por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), la jornada “SESAR2020: Participación en el Contexto del Horizonte2020” presentó en la ETSIA de la UPM nuevas oportunidades de participación (y financiación) mediante proyectos circunscritos a la Gestión del Tráfico Aéreo (ATM) en los múltiples aspectos que aborda dicho programa.
Aumentar la capacidad, seguridad y eficiencia del tráfico aéreo europeo mientras que se reduce el impacto medioambiental y los costes unitarios configuran el trasfondo del programa SESAR (Single European Sky ATM Research), pilar tecnológico del Cielo único Europeo.
Ello supone un cambio de paradigma en la forma de operar la ATM que garantiza la fluidez y eficacia del transporte aéreo futuro. Se pasará de gestionar las rigideces del espacio aéreo compuesto por volúmenes pequeños cuyo tráfico es separado por un controlador a una gestión de trayectorias de aeronaves que se mantengan libres de conflicto desde que se definen hasta que termina la operación. Para lograrlo, focalizan sus esfuerzos en la mejora de las operaciones de ATM, incluyendo sistemas técnicos, procedimientos, factor humano y cambios regulatorios e institucionales.
Este programa es algo más que un proyecto convencional de I+D+i y sus números y gobernanza así lo certifican. Lo gestiona la SESAR Joint Undertaken (SESAR JU), asociación creada ad hoc en 2007 y participada por la Comisión Europea y Eurocontrol. SESAR2020 es una extensión del programa que mantiene la filosofía de “seguir contribuyendo a la aviación”, sostiene José Antonio Calvo, de SESAR JU.
Mientras que el primer SESAR. que finaliza en 2016 y se compone de 17 paquetes de trabajo en los que se involucran más de 70 organizaciones, ha contado con 2.100 millones de euros, para esta segunda fase (SESAR2020) se dispondrá de casi 1.600 millones de euros. En ambos casos los recursos proceden de la Unión Europea, Eurocontrol y la Industria, poniendo a trabajar a más de 3.000 expertos en todo el continente.
SESAR fue creado bajo un espíritu de cooperación y unión, ya que es necesaria la implicación de todos los que participan del espacio aéreo europeo para trasformar su fragmentación actual en un cielo único y compartido. En esta línea colaborativa, la jornada SESAR2020 celebrada en la UPM ha reunido a representantes de la industria, las aerolíneas, los centros de investigación, los proveedores de servicios de navegación aérea y los científicos.
Todos ellos han coincidido en señalar que “España es una potencia mundial en investigación e industria en el ATM, liderazgo que hay que mantener y consolidar”. En cuanto a su experiencia en este programa, destacan que “no es tan importante la financiación obtenida como el intercambio de ideas que proporciona SESAR, configurándolo también como un entorno ideal para validar nuevos conceptos antes de lanzarse a la industrialización de soluciones”.
Juan Francisco Reyes, National Contact Point del CDTI, ha insistido “en la importancia de invertir en I+D en las fases preindustriales” y ha cifrado “la tasa de retorno para España en un 16%, como indicador de la rentabilidad obtenida por los proyectos españoles en SESAR hasta el momento”.
“SESAR busca soluciones, en el sentido de encontrar conceptos maduros probables en entornos operacionales, certificables, demostrando beneficios y una eficaz implantación (previa modificación de la regulación si es preciso)”, ha añadido. Para ello, SESAR2020, se despliega en tres pilares: investigación básica (trabajar con ideas); investigación industrial y validación de conceptos (transformarlos en productos operacionales) y demostración de largo alcance (ponerlos en funcionamiento en operaciones reales).
Este último pilar es el novedoso y se incluye porque han detectado que es necesario un nivel de maduración de los conceptos mayor. Ello permitirá, por un lado, la inclusión de nuevos actores que completan el rango de participantes como las compañías aéreas, la aviación militar, los operadores de vehículos aéreos no tripulados, y por otro, una mayor interacción con las autoridades aeronáuticas.