Noordwijk.- ‘Philae’, el módulo de Rosetta "Philae", descenderá previsiblemente el próximo 11 de noviembre sobre la zona 'J' del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, uno de los cinco lugares seleccionados. Se trata de una región fascinante que ofrece un potencial científico único y, además, con el mínimo riesgo para el módulo de ‘aterrizaje’ en comparación con los otros candidatos.
Científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) han anunciado este lunes el lugar escogido para el aterrizaje de la sonda espacial Rosetta en el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko. El lugar denominado como "zona J", está ubicado en la "cabeza" del cometa y ha sido descrito como "intrigante".
"El sitio nos ofrece la oportunidad de analizar material inmaculado, caracterizar las propiedades del núcleo y estudiar los procesos que impulsan su actividad", declaró Jean-Pierre Bibring, uno de los líderes del proyecto. Los científicos esperan que la sonda pueda agarrarse de la superficie helada con tornillos y harpones, ya que la gravedad del cometa es demasiado débil. En la zona elegida para la llegada de Philae sobre el cometa se llevarán a cabo mediciones profundas para caracterizar el núcleo in situ.
La elección del lugar más adecuado no ha sido una tarea fácil. El proceso de selección del lugar idóneo para el aterrizaje de Philae es muy complejo. La zona de aterrizaje tiene que satisfacer las necesidades técnicas del satélite y las del módulo de aterrizaje durante las fases de separación, descenso y aterrizaje, y tiene que ser relevante para las operaciones en superficie de los 10 instrumentos científicos que transporta Philae.
Las incertidumbres en la navegación de Rosetta cuando opera tan cerca del cometa implican que Philae aterrizará en algún punto dentro de una elipse de un kilómetro cuadrado de extensión. Para cada posible lugar de aterrizaje había que analizar factores como si el módulo de aterrizaje será capaz de mantener un enlace apropiado con Rosetta, la presencia de peligros como grandes rocas, grietas profundas o pendientes pronunciadas o si las condiciones de iluminación serán las adecuadas para las observaciones científicas y para recargar las baterías del módulo de aterrizaje, sin llegar a sobrecalentarlo.
Durante esta fase de evaluación se analizaron los datos recogidos por Rosetta a una distancia de 100 kilómetros del cometa, entre los que destacan las fotografías de alta resolución de la superficie, las medidas de la temperatura del cometa y de la presión y la densidad del gas que rodea a su núcleo. En paralelo, también se ha determinado la orientación del cometa con respecto al Sol, su velocidad de rotación, masa y gravedad en la superficie. Todos estos factores juegan un papel importante a la hora de estudiar la viabilidad técnica de cada uno de los posibles lugares de aterrizaje.
El pasado mes de agosto se reunió en Toulouse el Grupo para la Selección del Lugar de Aterrizaje (formado por ingenieros y científicos del Centro de Ciencia, Operaciones y Navegación de Philae del CNES, el Centro de Control del Módulo de Aterrizaje del DLR, los científicos responsables de los instrumentos de Philae y el equipo de Rosetta de la ESA), para evaluar los datos disponibles y reducir a cinco la lista de posibles candidatos.
Gracias a la detallada información recogida por la sonda Rosetta durante sus dos primeras semanas junto al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, se identificaron cinco lugares en los que podría aterrizar el módulo Philae el próximo mes de noviembre, en el que será el primer ‘aterrizaje’ de la historia sobre un cometa.
Rosetta es una misión de la ESA en la que participan sus Estados miembros y la Nasa. El módulo Philae ha sido desarrollado por un consorcio dirigido por el DLR, MPS, CNES y ASI. Rosetta será la primera misión de la historia en reunirse con un cometa, acompañarlo en su órbita alrededor del Sol, y posar un módulo sobre su superficie.
Antes de la llegada de la sonda europea no se disponía de información sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, por lo que el equipo de la misión empezó a buscar un lugar apropiado para el aterrizaje del módulo de 100 kg tan pronto como Rosetta alcanzó su objetivo el pasado día 6 de agosto.
Está previsto que el módulo Philae aterrice a mediados de noviembre, cuando el cometa todavía se encuentre a unos 450 millones de kilómetros del Sol, y antes de que la actividad del cometa alcance un nivel que pudiera poner en peligro la maniobra o alterar la composición de la superficie.
El cometa 67P recorre una órbita heliocéntrica cada 6,5 años. Cuando alcance el punto de máxima aproximación, a una distancia de 185 millones de kilómetros, la intensidad de la radiación solar será ocho veces superior a la actual. Rosetta y el cometa alcanzarán este punto el 13 de agosto de 2015, en algo menos de un año.
Rosetta utilizará su conjunto de instrumentos científicos para observar cómo evoluciona el cometa a medida que aumenta su temperatura, estudiando cómo se desarrolla y cómo se altera su superficie. Mientras tanto, el módulo Philae tomará datos complementarios in situ, sobre la superficie del cometa. El satélite y el módulo de aterrizaje trabajarán juntos en el experimento CONSERT, enviando y detectando ondas de radio a través del interior de la roca helada para estudiar su estructura interna.