París.- Los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) están considerando tres lugares diferentes donde podría aterrizar en Marte dentro de cuatro años la misión ExoMars2020. Ninguno de ellos es el elegido para el frustrado aterrizaje reciente del módulo Schiaparelli de la misión ExoMars2016.
“De los tres sitios, dos son enormes zonas muy antiguas de arcilla. Y el tercero es un antiguo río, un poco como el Nilo, con llanuras en las que hubo inundaciones y el agua se desbordó”, indicó Jorge Vago, un ingeniero argentino de la ESA, responsable de la misión ExoMars2020.
“ExoMars irá a posarse en algunas de esas regiones con terrenos interesantes. Sólo que en la superficie los materiales pueden verse modificados por las partículas del Sol. Así que, por primera vez, la misión ExoMars dispondrá de una perforadora que tomará muestras a dos metros de profundidad, para después traerlas a la superficie, para que podamos analizarlas”, dice Jean-Pierre Bibring, investigador del instrumento Micromega, en el Instituto de Astrofísica Espacial, de Orsay.
“Hay zonas en Marte, cuyo origen se remonta a unos 4.000 millones de años, en las que hemos identificado la presencia de agua que ha modificado los minerales de la superficie. En particular con las arcillas hemos demostrado que de alguna manera son vestigios de lo que ocurrió. Y no está excluido que en esas arcillas, en las que hubo agua porque cayó carbono del cielo, la vida quizá pudo surgir de la misma manera que probablemente surgió en la Tierra”, añade.
Por su parte, Daniil Rodionov, del Instituto Iki de Moscú, otro de los principales científicos de la misión ExoMars 2020, cree que el aterrizaje en 2020 no dependerá tanto de la misión de 2016, aunque las principales tecnologías van a ser más o menos las mismas. Sin embargo, el peso del módulo será mucho mayor en 2020. “Aparte de eso espero que nuestros colegas europeos averigüen qué es lo que salió mal y nos ayuden a evitar este tipo de problemas en el futuro”.
“No sabemos exactamente qué fue lo que no salió según nuestras expectativas, explica Andrea Accomazzo, responsable del equipo de operaciones. Entendemos gran parte del vuelo, la parte inicial, el vuelo a alta velocidad, incluso el momento en que se accionó el paracaídas. Sin embargo, no entendemos todavía lo que sucedió al final, cuando se soltó el paracaídas y se encendieron los retropropulsores. Tenemos que analizar y procesar todos los datos para hacernos una idea más clara”.
“Lo cierto es que hemos puesto a prueba una serie de tecnologías clave y que se podrán desarrollar para la próxima misión. Aún no sabemos si la tecnología que hemos empleado no era la adecuada o si fue el ordenador a bordo de la nave lo que no funcionó muy bien”, concluye Accomazzo.