Madrid.- Asteroid Impact Mission (AIM) es todavía un proyecto que aspira a ser una misión de la ESA. Si es aprobada por el Consejo de Ministros de la ESA en diciembre, AIM sería lanzada en 2020 y trataría demostrar nuevas tecnologías de comunicaciones ópticas en el espacio y estudiar la superficie y la estructura interna de Didymos y su luna.
Con relación a la misión AIM, hoy tienen lugar en Madrid la inauguración del Asteroid Impact Mission (AIM) Science Meeting” de la ESA y la conferencia “Asteroids: A Vision of the future” organizada por GMV.
Los asteroides han dejado de ser los objetos menos explorados del Sistema Solar. Agencias espaciales e instituciones científicas están poniendo cada vez más atención en estos cuerpos, algunos de los cuales siguen órbitas relativamente cercanas a la Tierra, y en esa atención se encuadra AIM,
La propuesta de AIM encaja dentro de AIDA (Asteroid Impact and Deflection Assessment), un programa de cooperación con Nasa, DLR y OCA (Observatorio de la Costa Azul) que quiere estudiar los asteroides y, en el caso de los NEOs (objetos cercanos a la Tierra), obtener todos los datos posibles para poder diseñar técnicas de desvío de sus órbitas de los que presenten una amenaza real para nuestro planeta.
En ese aspecto, “ESA ha estado estudiando el papel de las misiones espaciales en la exploración de asteroides y en la atenuación de su riesgo potencial para la Tierra durante casi dos décadas”, explica Ian Carnelli, jefe de misión de AIM. Entre esos estudios se encuentra Don Quijote, un proyecto de misión que está considerado como la técnica de desvío más viable de las propuestas hasta el momento. Algo de ella hay en AIM, pero ésta es una misión más pequeña y con un doble objetivo.
O triple, en realidad. Como apunta Carnelli, “AIM representa una novedad en las misiones de la ESA porque está combinando tres conjuntos de objetivos (tecnología, desviación de asteroides y ciencia) al mismo tiempo que intenta demostrar que podemos hacer misiones más pequeñas en el espacio profundo a costes más bajos, si hacemos uso de las muchas tecnologías y cargas que están ya en desarrollo en Europa en diferentes programas”. Rosetta, por ejemplo, es uno de los programas de los que esta misión más puede aprender.
AIM está desarrollándose, además, con un calendario bastante apretado. De recibir luz verde, tendría que lanzarse en octubre de 2020 para poder sobrevolar el sistema de Didymos en junio de 2022. éste está formado por el asteroide principal, de 800 metros de diámetro, y una luna, apodada “Didymoon”, de 170 metros de diámetro. En el verano de 2022 se acercará a 16 millones de kilómetros de la Tierra.