El Cairo.- El gobierno egipcio ha admitido por fin que el siniestro del Airbus A321 de la compañía aérea rusa Kogalymavia que volaba de Sharm el Sheikh a San Petersburgo el pasado 31 de octubre con 224 personas a bordo fue objeto de un atentado terrorista, según confirmó oficialmente el pasado miércoles el presidente Abdel Fatah Al Sisi.
El derribo del avión y las especulaciones sobre la autoría provocaron una crisis diplomática con Moscú y un daño irreparable a la industria turística egipcia, que experimentó pérdidas por 300 millones de dólares.
" Quien haya derribado el avión ruso buscaba golpear el turismo y no sólo eso Su objetivo era golpear los lazos con Rusia, Italia y todos los países", dijo Al Sisi en un discurso televisado en el que presentó un informe dedicado al desarrollo del país hasta 2030.
La aviación civil rusa vivió el 31 de octubre de 2015 la peor catástrofe de su historia. En total, 224 personas murieron al explotar una bomba en el A321. Desde entonces, los gobiernos de Rusia y el Reino Unido decidieron suspender sus vuelos a Sharm al Sheij por motivos de seguridad, así como repatriar a sus ciudadanos presentes en esa localidad.
La confirmación y reconocimiento oficial por parte del El Cairo de que alguien introdujo una bomba en el avión abre la posibilidad de que Egipto deba asumir las millonarias indemnizaciones a los familiares de las víctimas.
La organización terrorista Estado Islámico (EI), cuya filial egipcia encabeza un movimiento insurgente en el Sinaí, afirmó en un comunicado que lograron introducir el explosivo camuflado en una lata de refresco. Según los servicios de seguridad rusos, el avión se desintegró en el aire a consecuencia de la explosión de un artefacto de una potencia equivalente a un kilo de TNT.