Londres.- La prolongada disputa sobre dónde hacer una nueva pista de aterrizaje dura ya más de 25 años. Ahora la Comisión de Aeropuertos, creada por el Gobierno, tiene que anunciar, después de tres años de deliberaciones, si esa pista debe construirse en Heathrow o Gatwick.
Según informa la agencia Reuters, la batalla por la expansión de los abarrotados aeropuertos británicos se acerca a una decisión crítica en las próximas semanas, con la que la quinta economía mundial busca solucionar un conflicto que ha supuesto una pesadilla para los gobiernos del país y amenaza con lastrar su crecimiento.
El sector de la aviación del Reino Unido vale 32.000 millones de libras y representa el 2,1% de su economía. Pero los dos principales aeropuertos del país, Heathrow y Gatwick, están en torno a su capacidad máxima y pierden pasajeros frente a centros en crecimiento como Dubai y Schiphol, en ámsterdam, que pueden ofrecer más vuelos a nuevos destinos como China.
Es una cuestión envenenada que presenta riesgos personales para el primer ministro, David Cameron, que dirige un gabinete dividido sobre el tema y en 2009, antes de asumir el cargo, quiso ganarse a los electores que viven bajo la trayectoria de vuelo de Heathrow que no habría una tercera pista bajo ninguna condición.
Para muchos, Heathrow, al oeste de Londres, es la opción más obvia. El aeropuerto más grande del país es un centro donde más de un tercio de los pasajeros pasa para tomar otros vuelos. Con una ocupación que casi desborda su capacidad, ha establecido conexiones con los mercados emergentes, gestiona una cuarta parte de las exportaciones de Reino Unido y cuenta con unas importantes infraestructuras de transporte público.
Pero una nueva pista costaría 19.000 millones de libras, según la Comisión. Y significaría un número creciente de aviones volando sobre algunas de las partes más ricas y densamente pobladas de la ciudad, donde la perspectiva de expansión ha unido en su contra a una poderosa coalición en la que participan líderes políticos del partido de Cameron.
Por otra parte, el coste de agregar una nueva pista en el segundo mayor aeropuerto, Gatwick, al sur de la capital, se estima en 9.000 millones de libras. Gatwick no está funcionando tan cerca de su capacidad y hasta ahora se ha centrado en vuelos de placer de corta distancia. También tiene la ventaja de contar con una posición más rural y un historial limpio de calidad del aire a diferencia de Heathrow, que en el pasado ha superado los límites.
Ambos son propiedad de empresas que invierten en infraestructura: Heathrow cuenta con accionistas como la española Ferrovial y fondos de inversión de Singapur, China y Qatar, mientras que Gatwick pertenece a Global Infrastructure Partners.
Mientras Heathrow tiene dos pistas de aterrizaje y Gatwick sólo una, el Charles de Gaulle de París tiene cuatro y el aeropuerto Schiphol de ámsterdam seis. Pasarán al menos diez años antes de que Reino Unido pueda acortar la distancia debido a obstáculos regulatorios.
Heathrow estima que una nueva pista impulsaría la economía británica en 100.000 millones de libras. "Hemos recorrido un camino muy, muy largo políticamente y el estado de ánimo ha cambiado definitivamente, y ha cambiado en parte porque el argumento económico es mucho más fuerte ahora", dijo John Holland-Kaye, consejero delegado del aeropuerto de Heathrow.
Pero es posible que la solidez de los fundamentos económicos no sea suficiente dado el número de distritos electorales conservadores clave que se encuentran por bajo la trayectoria de vuelo de Heathrow, dijo John Stewart, un destacado activista contra la expansión de Heathrow.
Un importante opositor es el posible candidato a primer ministro y alcalde de Londres, Boris Johnson, quien ha dicho que se tumbaría en el camino de las excavadoras para impedir una tercera pista, asegura Reuters.