Nueva York.- El comienzo de la privatización de aeropuertos en Brasil es el más reciente capítulo del debate iniciado en el mundo de la aviación en 1987 cuando el gobierno de Margaret Thatcher, en Londres, privatizó la Autoridad Aeroportuaria Británica (BAA). Desde entonces, se discute quién gestiona mejor los aeropuertos, la empresa privada o el Estado.
En un artículo publicado el pasado mes de agosto en The Wall Street Journal, Paulo Trevisani señ;alaba que una de las ventajas de las privatizaciones es que impulsan los ingresos de los gobiernos y canalizan inversión privada y eficiencias empresariales al desarrollo de los aeropuertos. Pero los críticos apuntan a una amplia gama de problemas potenciales, como la pérdida de control gubernamental sobre los salarios del personal y los efectos medioambientales.
El aeropuerto internacional Juscelino Kubitschek, de Brasilia, está experimentando una enorme remodelación, al igual que otros aeropuertos de Brasil, en preparación para la llegada de cientos de miles de visitantes que se prevé que asistirán a una serie de eventos que incluyen el Mundial de fútbol el próximo añ;o y los Juegos Olímpicos en 2016.
Pero cada vez más, esta clase de obras no están a cargo de Infraero, la empresa estatal formada en 1973 para gestionar los aeropuertos del país. El de Brasilia fue uno de los primeros en ser traspasados al sector privado como parte de un programa de privatización de aeropuertos lanzado para acelerar unos 19.000 millones de dólares en inversiones necesarias para hacer frente al crecimiento proyectado de pasajeros.
"Tenemos plazos muy ambiciosos", indicó José Antunes Sobrinho, presidente del directorio de Inframérica, una empresa conjunta entre Grupo Engevix, firma brasileñ;a de ingeniería, y el holding argentino Corporación América, que el añ;o pasado presentó la oferta ganadora por el aeropuerto de Brasilia. "Haremos en 18 meses lo que llevaría hasta tres añ;os a la velocidad habitual".
Las empresas esperan obtener beneficios alquilando puertas de embarque a aerolíneas, espacios en la terminal a minoristas y terrenos en las zonas aledañ;as a constructores de edificios de oficinas, hoteles y depósitos. El proyecto de Brasilia, por ejemplo, incluye más de 5.500 metros cuadrados de espacio para tiendas y restaurantes, con un "miniestadio de fútbol" que operará como restaurante y bar. Inframérica planea alquilar pronto un solar cerca del aeropuerto para su primer hotel conectado al puerto aéreo.
El número de pasajeros registrados en los aeropuertos brasileñ;os ha crecido significativamente en los últimos cuatro añ;os. De los poco más de 60 millones en 2009, se pasó a los 80 millones un añ;o más tarde. En 2011 sobrepasaron los 90 millones y el añ;o pasado, 1i1,4 millones de viajeros.
La buena noticia para Brasil es que su economía está pujante y que será el anfitrión de la Copa del Mundo en 2014 y los JJ OO en 2016. La mala noticia es que sus aeropuertos son demasiado pequeñ;os para gestionar el aumento de tráficos. Trevisani apunta a los esfuerzos que el país sudamericano está haciendo para arreglar esto.
La iniciativa de Brasil, según el articulista, pone de manifiesto los enormes riesgos que implican los esfuerzos de privatización. Las empresas que ganaron las licitaciones de los cuatro aeropuertos ya privatizados acordaron pagar una renta anual y realizar enormes inversiones. En el caso del aeropuerto internacional Guarulhos de São Paulo, la brasileñ;a Investimentos e ParticipaÇões em Infraestrutura SA (Invepar) y la sudafricana ACSA, acordaron pagar 7.040 millones de euros a lo largo de 20 añ;os e invertir 2.000 millones de dólares.
Numerosos países en Europa, Asia, Australia y América Latina han privatizado aeropuertos. Hoy, más de 30 de los 100 aeropuertos más importantes del mundo son propiedad parcial o total de inversores, según el centro de estudios Reason Foundation.
Sin embargo, en algunos países, como Estados Unidos, la tendencia no ha cobrado impulso. Un informe del añ;o pasado auspiciado por la Administración Federal de Aviación (FAA) señ;aló que en EE UU "ha habido poco interés por los alquileres a largo plazo o la venta de aeropuertos estadounidenses" debido a factores como el deseo del gobierno de retener el control, los acuerdos con los sindicatos y "la influencia de aerolíneas, especialmente las que transportan la mayor parte del tráfico de un aeropuerto".
Brasil es uno de los países que ha adoptado más recientemente un plan de privatización de aeropuertos. Tres de los mayores aeropuertos brasileñ;os, incluido el de Brasilia, fueron vendidos o concedidos a empresas privadas el añ;o pasado y un cuarto será el primero en ser construido desde cero por un operador privado. Otros dos saldrán a concurso este añ;o, incluido el aeropuerto de Rio de Janeiro.
La privatización de aeropuertos se produce en un momento en que la nueva prosperidad de Brasil impulsa al país y su creciente clase media hacia la era de la aviación. En 2007, cuando fue elegido anfitrión del Mundial de Fútbol de 2014, sus aeropuertos estaban desbordados y el Gobierno no podía hacer frente a todas las actualizaciones necesarias. "Todo estaba demasiado anticuado", indicó Carlos Ebner, director de la unidad brasileñ;a del grupo que representa a la IATA. "Los aeropuertos no podían mantenerse al día con los avances de la industria", agregó.
Algunos de los dueñ;os de los mayores aeropuertos del mundo, incluidos el alemán Fraport AG y Changi Airports International, de Singapur, expresaron interés en presentar ofertas en la segunda ronda de concursos brasileñ;os. "Estamos interesados en la próxima privatización de los aeropuertos de Rio de Janeiro y Belo Horizonte", indicó un portavoz de Fraport.
De todos modos, no hay garantías de que el aumento proyectado en el tráfico aéreo se materialice para justificar los compromisos financieros que están asumiendo los ganadores de las licitaciones. Tras un decepcionante crecimiento del PIB de 0,9% en 2012, se prevé que Brasil no se expanda más de 3% este añ;o y quizás un poco más en 2014.
La asistencia al Mundial y los Juegos Olímpicos podría verse perjudicada si continúa o se intensifica la agitación política que surgió en junio. "Esperamos que esos problemas civiles se resuelvan de forma pacífica ya que, de prolongarse, podrían afectar la predisposición a la inversión de forma negativa", indicó Goh Choon Chiang, consultor de Changi Airports.
Es verdad que hay mucho dinero a ganar. Por ejemplo, Heathrow, el aeropuerto londinense gestionado por un consorcio liderado por la españ;ola Ferrovial, elevó su facturación en el primer semestre de este añ;o a 1.770 millones de dólares, lo que supuso un incremento del 9,2% respecto al mismo periodo del añ;o anterior.